Por Juan Pablo Ojeda
En una noche electrizante en el BC Place, los Vancouver Whitecaps dieron un golpe de autoridad en la Semifinal de Ida de la Concacaf Champions Cup, venciendo con claridad 2-0 al Inter de Miami. Con un estadio lleno hasta el tope por el fenómeno Messi, el equipo canadiense no se achicó ante la expectación ni el rival, y dejó en claro que va en serio rumbo a la gran final.
El marcador lo abrió Brian White al minuto 25, tras un centro quirúrgico de Pedro Vite. White se anticipó a todos y clavó un cabezazo letal para poner a vibrar a la afición local. Fue su cuarto gol en el torneo, y una muestra más de que está en un gran momento.
En contraste, el Inter de Miami fue una sombra de lo que muchos esperaban. Lionel Messi, la gran estrella del fútbol mundial, estuvo prácticamente desconectado. Tocó poco la pelota y apenas generó una jugada de peligro en todo el partido, en una pared que terminó con una buena intervención defensiva del equipo local. Luis Suárez, su socio habitual, pasó desapercibido, y Jordi Alba falló en el retroceso en la jugada que derivó en el segundo gol.
Ese tanto llegó en el complemento, cuando Sebastian Berhalter aprovechó un contragolpe perfecto y, tras un pase desde la derecha, definió de primera para vencer a Ustari y poner el 2-0 definitivo. El error de Alba en la jugada previa fue clave, ya que dejó desprotegida la banda y abrió la puerta al castigo.
El dominio de Vancouver fue total. Mientras los locales se mostraron sólidos, rápidos y con ideas claras, el Inter lució lento, sin cohesión y completamente dependiente de lo que pudiera inventar Messi, quien claramente no tuvo su mejor noche.
La serie se definirá la próxima semana en territorio estadounidense, donde el Inter necesitará una remontada histórica para darle la vuelta al marcador. Por ahora, los Whitecaps viajan con tranquilidad, sabiendo que tienen medio boleto a la final en la bolsa… y que dejaron claro que no basta con tener a Messi en la cancha para ganar partidos.