En el Pueblo Mágico de Cadereyta, enclavado entre los imponentes cañones del semidesierto queretano, se esconde un paraíso natural poco conocido pero inmensamente cautivador: los Manantiales El Aguacate. Este tesoro esmeralda de aguas termales ofrece una experiencia de relajación y conexión con la naturaleza que difícilmente se puede encontrar en otros lugares.
Los Manantiales El Aguacate y Xidhí representan un rincón de tranquilidad y belleza, rodeados por cañones que parecen esculpidos en marfil y un paisaje que rebosa paz y serenidad. La zona, rica en pozas de aguas termales de hasta 30º grados de temperatura, invita a los visitantes a sumergirse en sus aguas relajantes, donde el único sonido es el murmullo del viento y el canto de los pájaros.
La comunidad de Xidhí, consciente del valor de su entorno natural, ha sabido armonizar la oferta turística con la conservación del medio ambiente. A lo largo del río, pequeñas palapas ofrecen deliciosos platillos de la gastronomía local, permitiendo a los visitantes disfrutar de los sabores auténticos del pueblo mientras se deleitan con la vista de los cañones. Estas instalaciones sencillas pero acogedoras reflejan el compromiso de la comunidad con un turismo responsable y sostenible.
Para aquellos que buscan aventuras, los manantiales ofrecen la posibilidad de explorar los alrededores en lancha o a través de senderismo, descubriendo paisajes que colindan con Hidalgo y la Presa de Zimapán. Estas actividades no solo enriquecen la experiencia en El Aguacate, sino que también brindan una perspectiva única sobre la riqueza natural y cultural de la región.
Sin embargo, es importante destacar que El Aguacate es un destino que conserva su estado semi virgen, con infraestructura limitada. Los visitantes deben prepararse adecuadamente para su estancia, llevando todo lo necesario para disfrutar del día, incluyendo zapatos adecuados para el terreno y protección solar que no impacte el entorno, ya que productos como bloqueadores y repelentes están prohibidos para preservar la pureza del lugar.
Llegar a los Manantiales El Aguacate implica una pequeña aventura desde Xidhí, ya sea a través de un paseo en lancha o una caminata de aproximadamente una hora y media, pero el esfuerzo sin duda vale la pena. El acceso a esta joya natural tiene un costo simbólico que contribuye al mantenimiento y preservación del área.