CDMX a 1 de septiembre, 2024.- En medio de la resistencia comunitaria y la preocupación ambiental, el megaproyecto comercial en Los Reyes Hueytlilac, Coyoacán, ha comenzado a tomar forma a pesar de las advertencias sobre sus posibles efectos devastadores. A medida que se prepara el terreno, surgen temores entre los habitantes del pueblo, uno de los pueblos originarios de Coyoacán, por el posible daño irreversible al manantial ancestral, la flora y fauna nativa, y el ya limitado acceso al agua potable en la región.
Los trabajos de limpieza y preparación del terreno, que abarcan la fusión de cuatro predios cercados por bardas y mallas metálicas, avanzan a pesar de la oposición vecinal y un proceso de consulta aún en curso. Los habitantes han documentado cómo la vegetación nativa, hogar de especies como cacomixtles, tlacuaches, ardillas, serpientes y diversas aves, podría ser severamente afectada. Durante un recorrido reciente por el área, miembros de la Asamblea General Comunitaria avistaron incluso águilas sobrevolando el sitio en conflicto.
Los vecinos denuncian que, a pesar de la escasez de agua que afecta a la comunidad, las autoridades permiten la construcción de un nuevo centro comercial que podría agravar la situación. «Nosotros solo tenemos acceso al agua cuatro días a la semana y solo por la noche, pero para los megaproyectos siempre hay agua», lamentó una integrante de la Asamblea. La región de Los Reyes Hueytlilac, asentada sobre manantiales, tiene una larga historia ligada a estos cuerpos de agua que los antiguos pobladores consideraban sagrados.
El megaproyecto, conocido como «Outlet Punta Sur», amenaza no solo con secar el manantial ancestral sino también con destruir el hábitat de la fauna local. Los cacomixtles, una especie nativa y casi emblemática del pueblo, podrían perder su hogar. «En las redes sociales del pueblo es común leer cuando un vecino encuentra a un cacomixtle y no sabe con qué alimentarlo», comentó una de las guardias comunitarias, subrayando la importancia de la educación ambiental para proteger el ecosistema local.
A pesar de las solicitudes de información a las autoridades y a la consultora GMI Consulting sobre el desarrollo y sus impactos, no se ha recibido respuesta clara hasta el momento. Mientras tanto, la comunidad sigue organizándose para proteger su territorio y sus recursos naturales, exigiendo que se detenga la obra.