Por Juan Pablo Ojeda
El vapeo ha captado la atención de muchos jóvenes, pero un nuevo estudio nos advierte sobre un aspecto preocupante: su posible efecto negativo en la función cerebral de los estudiantes universitarios. Investigadores presentaron hallazgos recientes en la reunión anual de la Asociación Neurológica Americana en Orlando, Florida, revelando que aquellos que vapean tienen puntuaciones cognitivas más bajas en comparación con sus compañeros que no lo hacen.
El estudio analizó a más de 400 estudiantes universitarios de entre 18 y 30 años en Ecuador, y los resultados son alarmantes. Aquellos que consumían de 10 a 20 bocanadas de vapeo al día tenían puntuaciones un 9 por ciento más bajas en pruebas de aprendizaje y resolución de problemas. Los que excedían las 20 bocanadas diarias alcanzaban un descenso aún mayor, con un 14 por ciento menos en sus puntuaciones.
El investigador principal, Linker Vinan Paucar, estudiante de medicina, enfatizó que este estudio podría marcar un hito en la investigación sobre la función cognitiva relacionada con el vapeo. “Creemos que nuestra investigación aporta información crucial al entendimiento de cómo el vapeo puede impactar negativamente en la cognición”, declaró.
Los efectos perjudiciales del vapeo no son completamente nuevos; estudios previos han indicado que fumar cigarrillos puede encoger el cerebro y reducir el flujo sanguíneo hacia las células cerebrales. La nicotina, conocida por su neurotoxicidad, también está vinculada a daños en las células cerebrales, y el riesgo podría ser aún mayor en aquellos que vapean.
Los hallazgos son preocupantes, especialmente considerando que muchos estudiantes que solían fumar cigarrillos han incrementado su consumo al usar dispositivos de vapeo. Según Paucar, “los que antes fumaban tres o cuatro cigarrillos a la semana ahora están vapeando el doble o el triple”. A esto se suma el hecho de que los estudiantes a menudo terminan sus dispositivos de vapeo en menos de un mes, obligándolos a buscar nuevos.
El estudio encontró que, además de los que solo vapean, los estudiantes que fumaban o combinaban ambos hábitos también mostraron puntuaciones más bajas en pruebas cognitivas en comparación con quienes no fumaban ni vapeaban. Paucar sugirió que sería crucial extender la investigación para incluir a diversas poblaciones universitarias, lo que podría ayudar a obtener un panorama más amplio sobre el impacto del vapeo.
Es importante recordar que estos hallazgos son preliminares, ya que fueron presentados en una reunión médica y aún no han sido publicados en una revista revisada por pares. Sin embargo, sirven como un recordatorio de los riesgos potenciales asociados con el vapeo, un hábito que muchos jóvenes consideran inofensivo.