La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 50 años, afectando a millones de personas en todo el mundo. Hasta ahora, los tratamientos disponibles tienen una eficacia limitada y conllevan efectos secundarios considerables. Sin embargo, un reciente descubrimiento ofrece una nueva esperanza para frenar esta enfermedad que daña progresivamente la mácula, la parte central de la retina, responsable de la visión central.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Rochester, liderado por Ruchira Singh, ha identificado una proteína crucial para el inicio de la DMAE: el inhibidor tisular de metaloproteinasas 3 (TIMP3). Según el estudio, el exceso de esta proteína interfiere en las funciones de otras enzimas llamadas metaloproteinasas de matriz (MMP), lo que conduce a la acumulación de depósitos grasos y proteicos en el ojo conocidos como drusas, un sello distintivo de la DMAE en etapa temprana.
Este hallazgo ha permitido a los científicos proponer una nueva vía terapéutica que podría detener la progresión de la enfermedad. Al inhibir el proceso inflamatorio que genera las drusas, el equipo de Singh ha logrado reducir estos depósitos en modelos de células madre humanas. Este avance podría ser clave para desarrollar nuevos medicamentos capaces de frenar la DMAE antes de que se produzca la pérdida de visión irreversible.
La DMAE afecta principalmente la visión central, lo que dificulta actividades cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros. Aunque las causas exactas de la enfermedad no están completamente claras, se sabe que el daño progresivo al epitelio pigmentario de la retina (EPR) es un factor determinante. La acumulación de drusas en esta capa celular indica el inicio de la enfermedad y su posterior progresión.
Actualmente, no existen tratamientos que puedan detener por completo la DMAE. Los tratamientos disponibles ayudan a ralentizar la enfermedad en algunos casos, pero suelen estar asociados con efectos secundarios significativos.
¿Qué significa este avance para el futuro?
La investigación del equipo de Singh, publicada en la revista Developmental Cell, abre la puerta a nuevas terapias que podrían mejorar significativamente la vida de quienes padecen DMAE. La posibilidad de detener la acumulación de drusas en las etapas tempranas de la enfermedad ofrece esperanza a millones de personas que corren el riesgo de perder su visión central. Como explica Singh, “si podemos detener la acumulación de drusas, podríamos evitar que la enfermedad progrese a una etapa en la que se produzca la pérdida de la visión”.
Aunque el estudio se encuentra en sus primeras etapas, los resultados son prometedores y apuntan hacia la creación de tratamientos más efectivos y seguros en el futuro.