Por Juan Pablo Ojeda
En un giro significativo hacia la diplomacia, Ucrania aceptó la propuesta de Estados Unidos para declarar un alto al fuego inmediato de 30 días en el conflicto con Rusia. Este acuerdo fue anunciado tras una reunión entre altos representantes de ambos países en Arabia Saudita, donde se discutieron posibles caminos hacia la paz. La propuesta será presentada ahora a Rusia, cuyo acuerdo es clave para su implementación.
El alto al fuego, que podría extenderse por acuerdo mutuo, se enmarca en un esfuerzo por reducir las tensiones y establecer un proceso de negociación formal. La propuesta incluye también medidas humanitarias esenciales, como el intercambio de prisioneros de guerra, la liberación de civiles detenidos y el regreso de los niños ucranianos forzosamente trasladados a territorios controlados por Rusia o a la propia Federación Rusa.
Este acuerdo llega en un momento delicado, ya que Estados Unidos había suspendido previamente la entrega de armamento e inteligencia a Ucrania bajo la administración del presidente Donald Trump, como medida de presión para que Kiev se comprometiera a negociar un alto al fuego con Moscú. Sin embargo, ahora, tras la firma del acuerdo, Washington se comprometió a reanudar el suministro de asistencia militar y de inteligencia a Ucrania para respaldar este nuevo esfuerzo de paz.
La declaración conjunta firmada por ambas delegaciones también subraya la importancia de la reciprocidad por parte de Rusia para garantizar la paz. Además, se destacó el compromiso de Ucrania y Estados Unidos de firmar un acuerdo para la explotación conjunta de los recursos minerales ucranianos, lo que tiene como objetivo fortalecer la economía de Ucrania y asegurar su prosperidad y seguridad a largo plazo, mientras que también se busca recuperar el dinero invertido por Estados Unidos en el apoyo a Ucrania durante la guerra.
Ucrania también solicitó que Europa sea incluida en el proceso de paz, lo que refleja la necesidad de un enfoque internacional más amplio para resolver el conflicto. En este contexto, se estableció que ambos países nombrarán a sus respectivos equipos de negociadores para avanzar en las conversaciones con Rusia.
Este acuerdo marca un paso importante hacia la resolución del conflicto, pero aún depende de la respuesta de Moscú, lo que deja la puerta abierta a una negociación más amplia que podría involucrar a otros actores internacionales.