La multinacional estadounidense Tupperware, conocida mundialmente por sus recipientes de plástico para almacenar alimentos, ha iniciado el proceso de quiebra tras 76 años de operación. La compañía, que alguna vez dominó el mercado de productos para el hogar, ha sido arrastrada por una combinación de factores, incluyendo una mayor competencia y la caída de la demanda de sus productos, lo que ha puesto en peligro su sostenibilidad financiera.
El proceso de quiebra, que se presentó bajo el Capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos en Delaware, busca permitir que la firma continúe operando mientras busca una reorganización o venta de sus activos para proteger la marca. Esta declaración ha impactado negativamente sus acciones, que han caído más de un 50% en la bolsa de Nueva York, lo que llevó a su suspensión.
Fundada en 1946 por el químico Earl Tupper en Massachusetts, Tupperware revolucionó el mercado doméstico con sus recipientes herméticos para conservar alimentos. La marca no solo es recordada por sus innovadores productos, sino también por sus famosas «fiestas Tupperware», donde las ventas a domicilio ayudaron a popularizar sus envases en todo el mundo.
Sin embargo, a pesar de su icónica presencia en los hogares, la empresa ha enfrentado serios problemas en los últimos años. De acuerdo con la directora ejecutiva Laurie Ann Goldman, la compañía ha sido golpeada por un «desafiante entorno macroeconómico» que ha debilitado su posición financiera, acumulando pasivos entre 1,000 y 10,000 millones de dólares, según medios especializados. Además, Tupperware ha retrasado la presentación de sus cuentas anuales y ha cerrado su única fábrica en Estados Unidos, despidiendo a cerca de 150 empleados en un esfuerzo por reducir costos.
El declive en las ventas de Tupperware se atribuye, en parte, a la creciente competencia de otras marcas que ofrecen productos similares a precios más bajos, así como al auge de plataformas digitales que facilitan el acceso a productos de almacenamiento de alimentos más variados. Además, la empresa no logró adaptarse de manera rápida a los cambios en los hábitos de consumo, lo que empeoró su situación financiera.
A pesar de su difícil situación, la compañía buscará la aprobación del tribunal para seguir operando mientras intenta encontrar un comprador o restructurar sus operaciones. Tupperware tiene activos valorados entre 500 millones y 1,000 millones de dólares, pero enfrenta una deuda significativa que podría complicar cualquier intento de salvación.
Durante décadas, Tupperware fue un nombre familiar en hogares de todo el mundo. En los años 60, la empresa se expandió a Europa, y luego a Latinoamérica y Asia, consolidando su presencia global. Aunque sus ventas han disminuido significativamente, su legado sigue presente en la memoria colectiva de quienes crecieron con sus productos en la cocina.
Con la quiebra ahora oficial, queda por ver si este gigante del almacenamiento de alimentos podrá resurgir de las cenizas o si su historia de innovación y éxito comercial llega a su fin.