El C/2023 A3 Tsuchinshan-ATLAS, apodado como el ‘cometa del siglo’, ha cautivado la atención del mundo al ser visible a simple vista desde el hemisferio norte, incluyendo México. Este fenómeno astronómico, compuesto por hielo y polvo, alcanzó su máxima aproximación a la Tierra el pasado 12 de octubre, ofreciendo un espectáculo celeste impresionante que no volverá a repetirse en miles de años.
Lo que más sorprendió a astrónomos y aficionados fue la intensidad del brillo del cometa. Javier Licandro, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias, destacó que el Tsuchinshan-ATLAS ha sido “más brillante que Mercurio”, el planeta más luminoso del cielo nocturno. Este brillo se mide mediante la magnitud estelar, que determina la intensidad de los objetos celestes, posicionando a este cometa entre los más llamativos en la historia reciente.
Desde el 12 de octubre, el Tsuchinshan-ATLAS mostró una cola luminosa con una extensión equivalente al diámetro de 42 lunas llenas, visible al anochecer por un periodo breve de tiempo antes de perderse tras el horizonte oeste. Las imágenes capturadas por el satélite SOHO revelan la magnitud del espectáculo, comparable con cometas legendarios como el Hale-Bopp y el Hyakutake de los años 90.
Este cometa fue descubierto en enero de 2023 por los telescopios del Observatorio Tsuchinshan en China y confirmado por el proyecto ATLAS en Sudáfrica. Se estima que su última visita al sistema solar ocurrió hace 80 mil años, en tiempos en que los neandertales poblaban la Tierra, haciendo que su actual recorrido sea una oportunidad única para los observadores del cielo.
Según el Real Observatorio Astronómico de Madrid, aunque el cometa continuará su trayecto visible por algunos días más, perderá brillo gradualmente y será más difícil de observar. Su trayecto cercano al Sol sin desintegrarse ha maravillado a la comunidad astronómica, consolidando su estatus como uno de los fenómenos más significativos del siglo.