Con la moción legal tras el allanamiento en Mar-a-Lago, el expresidente estadounidense Donald Trump recurrió otra vez a una de sus formas favoritas de perseguir al enemigo y busca desviar la atención, señalan hoy medios de prensa.
De acuerdo con un análisis del diario The Hill, es habitual que el republicano responda con demandas luego de ser centro de la polémica.
En un movimiento similar a sus peleas con el comité al frente de las investigaciones luego del asalto al Capitolio (el 6 de enero de 2021), Trump argumenta que los documentos clasificados cubiertos por el privilegio ejecutivo no deberían estar entre los que fueron tomados, destaca el medio.
«No es razonable permitir que el equipo de la Fiscalía los revise sin garantías significativas», indicaron los abogados de Trump, en un documento que exigió una revisión neutral por parte de un maestro especial para supuestamente proteger el gran interés público y la confidencialidad.
Mientras, un artículo del periódico The New York Times ya en días anteriores indicó que las declaraciones de Trump posteriores al registro del FBI devienen un reflejo de la estrategia que el magnate ha usado desde hace tiempo para enfrentar la controversia: negar cualquier acto ilícito mientras desvía la atención hacia cualquier otro lado.
La moción presentada la víspera constituye la primera maniobra legal importante del exgobernante (2017-2021) desde que su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, fuera registrada el pasado 8 de agosto por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
En el documento, considerado un intento por bloquear el examen de los archivos incautados, el republicano alega que el registro tuvo una motivación política y considera inadmisible que esos intereses afecten la administración de justicia.
El texto plantea exigencias al Gobierno norteamericano, entre ellas la designación de un abogado independiente que vigile el correcto cumplimiento de las órdenes judiciales para la revisión de los materiales y la continuidad de las indagaciones solo cuando exista dicho perito.
Además, pide la devolución de cualquier objeto que no esté dentro del ámbito de la orden de registro.
El FBI incautó 11 cajas de documentos -incluido material gubernamental muy secreto- durante la requisa en Mar-a-Lago, donde, según el diario neoyorquino, el exmandatario llegó a tener más de 300 documentos clasificados.