Por Juan Pablo Ojeda
En una entrevista reciente para The Spectator, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió que la fiscal general de su país, Pam Bondi, investigue a políticos mexicanos por posibles vínculos con el narcotráfico y la trata de personas. La declaración surgió después de que el periodista Ben Domenech cuestionara a Trump sobre la rendición de cuentas de políticos corruptos involucrados en el tráfico de fentanilo y otros delitos.
Trump, al ser preguntado si tales investigaciones incluirían a «políticos mexicanos», respondió afirmativamente, asegurando que «definitivamente» recomendaría que se investigaran estos posibles nexos. «Ciertamente recomendaría que se les investigue, ciertamente. Dependerá de Pam Bondi, quien es excelente en lo que hace», expresó el mandatario.
A pesar de su disposición a recomendar estas investigaciones, Trump evitó profundizar en el tema de una posible intervención directa en México, diciendo que no quería hacer comentarios sobre ello, ya que cualquier respuesta sincera podría generar problemas. “Preferiría no decirte eso. Es muy interesante, a veces te hacen preguntas como esas y no quieres dar una respuesta», comentó el presidente.
Esta entrevista, que se publicó el 28 de febrero, coincide con el reciente encuentro entre altos funcionarios de seguridad de México y Estados Unidos para tratar la relación bilateral en temas de narcotráfico. Los funcionarios mexicanos, entre ellos el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, se reunieron con representantes estadounidenses para discutir los avances en la lucha contra los cárteles y las medidas para evitar aranceles a productos mexicanos.
El día anterior, el gobierno mexicano también informó que había transferido a 29 narcotraficantes mexicanos detenidos en su país a Estados Unidos, incluidos capos como Rafael Caro Quintero. Esta acción fue vista por el Departamento de Justicia de EE.UU. como una muestra de la «posición de fuerza» del gobierno estadounidense en la lucha contra el crimen organizado.
Pam Bondi, fiscal general de EE. UU., destacó la entrega de estos narcotraficantes como parte de un esfuerzo conjunto para enfrentar los delitos relacionados con el crimen organizado, tráfico de drogas y asesinato. En su comunicado, Bondi reafirmó el compromiso de Estados Unidos de destruir los cárteles, describiéndolos como grupos terroristas y asegurando que las autoridades no descansarán hasta llevar ante la justicia a los responsables de estos crímenes.