Por Juan Pablo Ojeda
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló en una entrevista con Fox News que su administración evalúa la creación de un programa de autodeportación destinado a personas migrantes en situación irregular, el cual incluiría ayuda económica y boletos de avión para facilitar su salida “voluntaria” del país.
“Queremos hacer un programa de autodeportación (…) Vamos a darles algo de dinero y un boleto de avión. Si son buenos y queremos que regresen, trabajaremos para que lo hagan de manera legal lo más pronto posible”, declaró Trump.
Esta nueva estrategia se enmarca en la política migratoria más dura que ha caracterizado su segundo mandato, en la cual ha prometido llevar a cabo la mayor ola de deportaciones de la historia moderna de Estados Unidos. Desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025, ha incrementado significativamente los arrestos de indocumentados y reforzado la seguridad fronteriza con México mediante el despliegue de personal militar y tecnología de vigilancia.
Deportaciones masivas y controversias legales
En una de las acciones más controvertidas de su gobierno, más de 200 migrantes —principalmente venezolanos sin antecedentes penales— fueron trasladados a una megacárcel en El Salvador. La medida fue ampliamente difundida por la cadena CBS News, que también reveló que el Ejecutivo utilizó la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación del siglo XVII, para justificar estas expulsiones.
Dicha ley, utilizada en raras ocasiones en la historia del país, permite la detención y deportación de ciudadanos extranjeros considerados una amenaza durante tiempos de conflicto. Sin embargo, su uso contra personas sin historial criminal ha encendido las alarmas de organizaciones pro derechos humanos, las cuales ya han presentado recursos legales contra el Gobierno federal.
Reacciones divididas
Aunque el presidente Trump afirma que este programa podría facilitar un trato “más humano” a quienes decidan abandonar el país voluntariamente, críticos consideran que se trata de una forma encubierta de presión y criminalización hacia los migrantes indocumentados, muchos de los cuales llevan años residiendo en Estados Unidos y tienen vínculos laborales y familiares sólidos.
Organizaciones de defensa de migrantes han expresado que estas políticas generan un ambiente de miedo y vulnerabilidad entre las comunidades latinas, especialmente aquellas originarias de México, Centroamérica y Venezuela.
Perspectiva electoral
El endurecimiento del discurso y las acciones contra la migración forman parte del núcleo de la campaña electoral de Donald Trump, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de 2028. La promesa de restaurar el “orden migratorio” ha encontrado eco en sectores del electorado preocupados por el flujo migratorio en la frontera sur.
No obstante, expertos en política internacional advierten que medidas como el uso de leyes arcaicas y la deportación sin debido proceso podrían comprometer la imagen global de Estados Unidos y deteriorar aún más las relaciones diplomáticas con América Latina.