Por Juan Pablo Ojeda
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles el nombramiento del teniente general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia, un cargo que tiene como principal objetivo poner fin a la guerra iniciada por la invasión rusa a Ucrania en 2022. El anuncio refuerza la postura de Trump de priorizar negociaciones para resolver el conflicto, en contraste con la administración saliente de Joe Biden, que ha liderado el apoyo internacional a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa.
Kellogg, quien se desempeñó como jefe de Gabinete del Consejo de Seguridad Nacional durante el primer mandato de Trump (2017-2021), ya había presentado previamente una propuesta para poner fin al conflicto, la cual fue entregada a Trump en abril a través del America First Policy Institute. El plan elaborado por Kellogg, de 80 años, plantea que Estados Unidos condicione el envío de armamento a Ucrania con el fin de presionar a Kiev a sentarse a negociar con Moscú. La propuesta sugiere que la futura ayuda militar estadounidense debe estar sujeta a que Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, acepte iniciar conversaciones de paz con el presidente ruso Vladímir Putin.
Trump destacó en un comunicado que Kellogg posee una “distinguida carrera militar y empresarial”, subrayando su experiencia en temas de seguridad nacional. “¡Estuvo conmigo desde el principio! Juntos lograremos la paz a través de la fuerza y haremos que Estados Unidos y el mundo vuelvan a estar seguros”, expresó el presidente electo.
Este nombramiento marca una diferencia notable respecto a la política exterior de la administración Biden. Mientras el presidente demócrata ha sido firme en su apoyo a Ucrania y ha intensificado la cooperación internacional para enfrentar la invasión rusa, Trump ha cuestionado repetidamente el envío de armamento a Kiev, sugiriendo que podría llegar a un acuerdo de paz en 24 horas. Aunque no ha dado detalles específicos sobre cómo lograría esto, la propuesta de Kellogg refleja su enfoque pragmático, al sugerir que la presión económica y militar de Estados Unidos podría forzar a Ucrania a negociar.
El informe de Kellogg y Fred Fleitz, coautor del plan, argumenta que la guerra se encuentra en un “punto muerto” y que la futura ayuda militar de Estados Unidos debería depender de la disposición de Ucrania para entablar negociaciones con Rusia. El documento, titulado “Estados Unidos primero, Rusia y Ucrania después”, sugiere que la intervención diplomática de Estados Unidos debe ser clave para resolver la crisis. Sin embargo, Ucrania ha expresado su temor de que tal propuesta implique congelar el conflicto en las líneas actuales, lo que podría resultar en la anexión de territorios ucranianos ocupados por Rusia, una situación que Kiev rechaza rotundamente.
La creación de este cargo, que no existió durante la administración de Biden, refleja el enfoque más aislacionista y de «diplomacia basada en la fuerza» que Trump promete implementar. Con este nombramiento, el republicano refuerza su mensaje de que Estados Unidos debe poner sus intereses primero, pero también recalca que una solución rápida al conflicto debe ser una prioridad para la seguridad mundial.