Por Juan Pablo Ojeda
A partir del 4 de marzo, Estados Unidos ha puesto en marcha una serie de medidas arancelarias contra México, Canadá y China, lo que marca el inicio de una nueva guerra comercial que promete afectar directamente a los consumidores estadounidenses. Los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que van desde un 10% hasta un 25% en diversos productos importados, provocarán aumentos de precios en una amplia gama de artículos, desde automóviles hasta alimentos y dispositivos electrónicos. La medida, según los expertos, representa el mayor aumento arancelario en una generación, con un impacto económico que podría alcanzar los 1,200 dólares adicionales por año para las familias estadounidenses, según el Peterson Institute.
Una de las principales áreas afectadas será la industria automotriz, que ha desarrollado cadenas de suministro transfronterizas entre Estados Unidos, México y Canadá. Con los nuevos aranceles, el precio de los automóviles podría aumentar hasta 12,200 dólares por vehículo, según cálculos de la consultora Anderson Economic Group. Esto se debe a que muchas de las piezas que componen los vehículos provienen de los tres países, con un alto componente chino en la fabricación de componentes electrónicos y otros materiales. Además, los consumidores se verán obligados a pagar más por productos de consumo diario, como ropa, juguetes y ordenadores, que tienen una alta dependencia de las importaciones de China.
El impacto en los alimentos será también significativo, especialmente para productos provenientes de México, como los aguacates, así como en el caso de bebidas alcohólicas, como el tequila, el mezcal y el whisky canadiense. México es el principal proveedor de aguacates de Estados Unidos, y el encarecimiento de estos productos podría afectar a los consumidores de todo el país, especialmente en los estados que dependen en gran medida de las importaciones agrícolas.
El impacto en la energía también ha sido una preocupación. Los aranceles del 10% sobre la energía importada desde Canadá, que incluye petróleo, gas natural y electricidad, podrían generar complicaciones en el noreste y el medio oeste de Estados Unidos, donde las economías dependen fuertemente de estos recursos. Canadá, el mayor proveedor de crudo para Estados Unidos, exportó petróleo por un valor de 98 mil millones de dólares solo en 2024.
Represalias internacionales
A medida que entran en vigor los nuevos aranceles, los países afectados han anunciado represalias. México, Canadá y China ya han indicado que responderán con medidas similares, lo que aumentará aún más los precios para los consumidores de ambos lados de la frontera. En el caso de China, los aranceles podrían afectar productos esenciales como dispositivos electrónicos, ropa y juguetes, lo que también podría generar un aumento generalizado en el costo de vida.
El riesgo de una escalada en la guerra comercial es alto, y los consumidores en todos los países involucrados podrían sentir las repercusiones de estas decisiones políticas. Las medidas arancelarias de Trump no solo afectarán las relaciones comerciales con estas naciones, sino que también podrían modificar los patrones de consumo y la estabilidad económica global.