Por Juan Pablo Ojeda
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes una orden ejecutiva que limita el acceso de ciertos países, considerados “adversarios extranjeros”, a tecnologías estadounidenses avanzadas, con un énfasis particular en el sector de la inteligencia artificial. La medida afecta a naciones como Cuba, Venezuela, Irán, Rusia y China, a quienes el gobierno estadounidense acusa de aprovecharse de la tecnología estadounidense para avanzar en sus capacidades militares y de seguridad nacional.
Aunque la orden ejecutiva no especifica de manera detallada las acciones exactas que se implementarán, sí identifica a estos países como amenazas para la seguridad económica y nacional de EE.UU. Bajo la categoría de “adversarios extranjeros”, el texto menciona explícitamente a China, Hong Kong, Macao, Cuba, Irán, Corea del Norte, Rusia, y el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Trump justificó su decisión señalando que “la seguridad económica es seguridad nacional” y defendió que Estados Unidos debe proteger sus infraestructuras tecnológicas más sensibles, que incluyen desde inteligencia artificial hasta avances en biotecnología y semiconductores. La orden pone un especial énfasis en China, acusando a empresas vinculadas a Beijing de usar inversiones en el país para obtener acceso a tecnologías clave, lo que, según Washington, ha permitido al gobierno chino modernizar su aparato militar.
La firma de esta orden ejecutiva llega en un contexto de creciente tensión comercial, especialmente con China, a la que Trump ya había impuesto aranceles del 10% en su primer mandato (2017-2021), con el objetivo de reducir el déficit comercial y presionar a Pekín en otros frentes, como el control de narcotráfico y la migración.
Estas nuevas restricciones de Trump se producen en medio de un entorno internacional cada vez más polarizado en torno a la tecnología, luego de que su predecesor, Joe Biden, tomara medidas similares para limitar las exportaciones de semiconductores y tecnología avanzada a China. Esta decisión por parte de Biden generó una respuesta por parte de Pekín, que implementó controles a la exportación de grafito, un material crucial para las baterías de vehículos eléctricos.
Este movimiento de Trump también refleja su estrategia para posicionar a Estados Unidos como líder en el campo de la inteligencia artificial, mientras se enfrenta a la competencia de potencias como China. De igual manera, las restricciones podrían intensificar las tensiones entre los dos países, que ya están inmersos en una guerra comercial y tecnológica.