El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un paso más en su plan de reducir el gobierno federal al firmar un decreto que busca eliminar el Departamento de Educación y transferir sus funciones a los estados. Esta iniciativa, que ha sido un objetivo del Partido Republicano desde la era de Ronald Reagan, busca reducir el gasto público y descentralizar el control de la educación.
Durante la firma del decreto en la Oficina Oval, Trump declaró: «Vamos a cerrarlo y cerrarlo lo más rápido posible. No nos está haciendo ningún bien. Vamos a devolver la educación a los estados». Aunque el Congreso debe aprobar la eliminación del departamento, el decreto podría significar una reducción drástica de fondos y personal. La secretaria de Educación, Linda McMahon, ya ha eliminado cerca de 2,000 puestos de trabajo en la agencia.
El Departamento de Educación, creado en 1979 por el demócrata Jimmy Carter, ha sido objeto de críticas por parte de los republicanos, quienes lo consideran un símbolo de la burocracia de Washington. Argumentan que los estudiantes estadounidenses tienen un bajo desempeño en pruebas internacionales a pesar del alto gasto educativo. Sin embargo, informes de la OCDE y del Centro Nacional de Estadísticas de Educación desmienten esta afirmación, indicando que el desempeño de los estudiantes de EE.UU. está en la media mundial y ha mejorado en algunas áreas desde los años 90.
La financiación federal representa solo el 13% del presupuesto de las escuelas primarias y secundarias, pero es crucial para instituciones en comunidades de bajos ingresos y para estudiantes con necesidades especiales. Expertos advierten que la desaparición del Departamento de Educación podría afectar estas ayudas, así como la supervisión de derechos civiles en el ámbito educativo.
Mientras Trump impulsa su agenda de recorte gubernamental con el apoyo de figuras como Elon Musk, el futuro del sistema educativo estadounidense queda en el aire. A falta de aprobación del Congreso, el debate sobre quién debe controlar la educación sigue más vivo que nunca en Estados Unidos.