El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado que a partir del 4 de marzo se aplicarán aranceles del 25% a las importaciones de automóviles provenientes de México y Canadá. Esta medida busca incentivar la construcción de plantas automotrices en territorio estadounidense y fortalecer la economía del país.
Los aranceles del 25% afectarán especialmente a la industria automotriz mexicana, que exporta gran parte de su producción a Estados Unidos. Empresas del sector han expresado su preocupación ante el impacto de la medida, ya que podría reducir la competitividad de los autos fabricados en México. Trump ha dejado en claro que su estrategia busca que las empresas automotrices trasladen su producción a EUA para evitar los aranceles.
El gobierno de Claudia Sheinbaum había mantenido conversaciones con la administración de Trump para frenar la imposición de aranceles, sin embargo, las negociaciones no dieron los resultados esperados. La presidenta de México aseguró que su gobierno ya tenía estrategias listas para enfrentar las sanciones comerciales. La Secretaría de Economía anunció la imposición de cuotas y revisiones contra productos chinos y vietnamitas como respuesta a la presión estadounidense.
A pesar de la postura del gobierno mexicano, Trump ha insistido en que los impuestos comerciales ayudarán a fortalecer la economía de su país. La aplicación de estos aranceles marca una nueva fase en la relación comercial entre México y Estados Unidos. Funcionarios del gobierno mexicano también han informado que seguirán explorando vías diplomáticas para evitar que los aranceles causen un impacto negativo en la economía nacional.
Con la confirmación de Trump sobre el inicio de las tarifas este martes, el panorama para el comercio bilateral sigue siendo incierto. A pesar de los esfuerzos de negociación, Trump mantiene su postura firme, lo que podría derivar en mayores tensiones económicas entre ambas naciones.