Pensilvania, EE.UU. a 18 de agosto, 2024.- En un mitin celebrado en Wilkes-Barre, Pensilvania, el expresidente Donald Trump lanzó una serie de ataques contra la vicepresidenta Kamala Harris, asegurando que sería más fácil derrotarla en las elecciones presidenciales que al actual presidente Joe Biden. Estas declaraciones se producen en un contexto político donde Pensilvania se perfila como un estado crucial para definir el resultado de las próximas elecciones.
Durante su discurso, Trump calificó a Harris como una figura “radical” y “lunática”, refiriéndose a su risa como la “de una persona loca”. Estas palabras forman parte de una estrategia más amplia del expresidente para pintar a Harris como una política de extrema izquierda, especialmente en temas como la prohibición del fracking, una industria vital para la economía de Pensilvania. Aunque Harris ha aclarado que no apoya una prohibición del fracking, Trump continuó atacando su postura, buscando ganar terreno en un estado que fue clave para su victoria en 2016 y que Biden recuperó en 2020.
La vicepresidenta Harris, por su parte, ha estado activa en Pensilvania, con una gira en autobús por el oeste del estado que comenzó en Pittsburgh. Este recorrido tiene lugar justo antes del inicio de la Convención Nacional Demócrata en Chicago, subrayando la importancia de Pensilvania en la estrategia de los demócratas.
A pesar de los ataques de Trump, Harris ha demostrado ser una contendiente fuerte, superando a Trump por más de dos puntos porcentuales en las encuestas de Pensilvania, según el sitio web FiveThirtyEight. Además, encuestas recientes del New York Times muestran que Harris aventaja a Trump en otros estados clave como Arizona y Carolina del Norte, y ha reducido la ventaja de Trump en Nevada y Georgia.
Pensilvania, con sus 19 votos electorales, se ha convertido en el epicentro de la batalla política, siendo uno de los estados más disputados y cruciales para ganar la Casa Blanca. Tanto Trump como Harris han visitado el estado en múltiples ocasiones este año, subrayando la importancia de asegurarse el apoyo de los votantes en esta región.
La campaña de Trump ha tratado de minimizar los resultados de las encuestas, argumentando que subestiman el apoyo real del expresidente. Sin embargo, los datos sugieren que la contienda será reñida, y Pensilvania podría nuevamente ser el estado que decida el destino de las elecciones presidenciales.