Por Juan Pablo Ojeda
La novena tormenta tropical de la temporada en el Atlántico, Helene, se formó la mañana de este martes, activando alertas en zonas de México, Cuba y Florida (Estados Unidos). Con vientos máximos sostenidos de 75 kilómetros por hora, Helene se encuentra en un camino que podría transformarla en un huracán en las próximas 24 horas, con pronósticos de alcanzar categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, el ciclón se desplaza hacia el noroeste a una velocidad de 19 kilómetros por hora. Para la noche del jueves, Helene podría tocar la costa floridana en dirección al Golfo de México. Actualmente, se ubica a 295 kilómetros al este-sureste de Cozumel y a 275 kilómetros al sur-sureste del extremo occidental de Cuba, áreas que están bajo aviso de tormenta tropical.
La costa oeste de Florida, especialmente la Bahía de Tampa, también está bajo vigilancia de huracán debido a Helene, que podría provocar marejadas ciclónicas que eleve el nivel del mar hasta 4,5 metros (15 pies) en ciertas zonas. Esto representa un riesgo significativo de inundaciones para la región.
Helene es el cuarto huracán de este año en el Atlántico, precedido por Beryl, Debby y Francine, todos ellos con impacto en territorio estadounidense. La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) ha señalado que la temporada de huracanes en el Atlántico, que comenzó oficialmente el 1 de junio, podría tener una actividad «por encima» del promedio, con pronósticos de entre ocho y 13 huracanes, de los cuales entre cuatro y siete se clasificarían como de categoría mayor.
Con la llegada inminente de Helene, las autoridades locales y nacionales instan a la población a estar atenta a las actualizaciones meteorológicas y a tomar las precauciones necesarias para garantizar su seguridad.