En las secuelas del devastador paso del huracán «OTIS» por Acapulco, no solo se evidencian daños materiales sino también un vuelco político. La presidenta municipal Abelina López enfrenta una caída abrupta en su popularidad, que se ha desplomado un 6.4% desde el evento climático, señalando un posible cambio de mando en la próxima elección para la alcaldía.
El descontento ciudadano se ha intensificado debido a la notable ausencia de López en los momentos críticos post-huracán, una ausencia que ha resonado fuertemente entre los votantes. En contraste, Yoshio Ávila, conocido luchador social en el Estado de Guerrero, ha visto un ascenso del 5% en su popularidad, acortando la brecha a solo un 5.7% detrás de López.
Esta situación plantea un escenario electoral impredecible, donde la capacidad de gestión de crisis y la empatía se vuelven cruciales. Con pérdidas humanas y económicas a cuestas, Acapulco se prepara para unas elecciones municipales que prometen ser más que una mera formalidad, sino un reflejo del clamor ciudadano por un liderazgo efectivo y presente en momentos de adversidad.
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