Por Ilian Muñoz
Imagina un lugar donde la Navidad se siente todo el año. Así es Tlalpujahua de Rayón, un encantador Pueblo Mágico en Michoacán que nos regala, en cada rincón, la magia de sus esferas navideñas. Este pueblo, envuelto en historia y cultura, no solo es famoso por sus artesanías, sino también por su vibrante entorno natural, que invita a explorar y descubrir.
Tlalpujahua tiene sus raíces en la minería. En el siglo XIX, el oro y la plata marcaron la prosperidad de este lugar hasta que, en 1937, una tragedia dejó huella en su historia: una presa se rompió, y el pueblo sufrió una devastación que jamás olvidará. Pero, como buen lugar mexicano, Tlalpujahua se levantó, y con el tiempo, transformó su historia en una de resiliencia y creatividad.
El arte de las esferas navideñas es el alma del pueblo. En octubre, la Feria de la Esfera convierte a Tlalpujahua en un escaparate de luces, color y espíritu navideño. Con cerca de 250 talleres familiares, los artesanos de aquí producen millones de esferas anualmente, moldeando y pintando cada una como una obra de arte. Además, en cada esquina se pueden encontrar piezas únicas de vidrio soplado, cerámica y arte plumario.
Para quienes buscan historia y cultura, la Casa-Museo Hermanos López Rayón y la Torre del Carmen ofrecen una ventana al pasado heroico del pueblo, mientras que la Mina Dos Estrellas, un vestigio de su bonanza minera, permite explorar túneles que una vez albergaron riquezas.
Pero la aventura no termina ahí. Alrededor de Tlalpujahua se extiende un entorno natural impresionante. El Parque Nacional Rayón y la Presa Brockman son perfectos para el senderismo, el ciclismo o, si se visita entre octubre y marzo, observar la migración de la mariposa monarca, un espectáculo natural inolvidable.
Así que, si tienes la oportunidad de escaparte a este rincón de Michoacán, prepárate para empaparte de tradición, historia y un poco de la magia navideña que hace de Tlalpujahua un destino único en el corazón de México.
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