Teuchitlán: Hallazgo de prendas femeninas revela el horror detrás del crimen organizado

En las últimas semanas, la violencia y el sufrimiento de miles de personas ha vuelto a ser el centro de atención en México, a raíz del macabro hallazgo en Teuchitlán, Jalisco. En este municipio, que parece ser solo otro punto en el vasto territorio controlado por el crimen organizado, los colectivos de búsqueda y la Fiscalía del Estado encontraron más de 100 mochilas y centenares de prendas de vestir en lo que se cree que es un rancho usado para prácticas de adiestramiento por parte de uno de los cárteles más peligrosos del país: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

 

El 11 de marzo de 2025, la Fiscalía de Jalisco hizo pública una lista detallada de los objetos hallados en el rancho Izaguirre. En el catálogo se especifican más de 490 elementos que incluyen desde pantalones, camisas y boxers, hasta blusas, vestidos, faldas y pareos de mujeres. Las prendas no son solo artículos olvidados; son el reflejo de vidas truncadas, de personas que probablemente fueron capturadas por el CJNG en su imparable expansión de poder.

 

Lo más perturbador de este hallazgo es el contexto que se desprende de las prendas encontradas. Además de los objetos personales, el rancho también fue señalado por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco como un lugar de entrenamiento del crimen organizado. Pero la gravedad del asunto no termina ahí: en el sitio fueron identificados al menos tres crematorios clandestinos, lo que aumenta las sospechas sobre la presencia de víctimas de desapariciones forzadas.

 

Si bien la Fiscalía ha dejado claro que los objetos hallados no confirman la identidad ni el paradero de las víctimas, el catálogo ha abierto una ventana a la cruda realidad de lo que viven muchas mujeres y hombres en México, donde el crimen organizado extiende sus tentáculos y no distingue entre género ni edad. En una declaración, Salvador González de los Santos, fiscal de Jalisco, subrayó que el análisis forense continúa con el fin de identificar los restos humanos y de determinar la procedencia de los objetos encontrados. La búsqueda de respuestas sigue siendo una prioridad para las autoridades.

 

El reclutamiento forzado de mujeres se ha incrementado en los últimos años, como lo documenta el informe Compañeros en el crimen: el ascenso de las mujeres en los grupos ilegales de México, publicado en noviembre de 2023 por International Crisis Group. Los cárteles, incluyendo el CJNG, han empezado a reclutar mujeres para realizar trabajos forzosos, como cocinas y limpieza en campamentos clandestinos. A menudo, las mujeres son secuestradas durante actividades cotidianas, como hacer compras o pasar un rato con amigos. Las víctimas suelen ser forzadas a realizar tareas de alto riesgo en medio de una violencia sin límites, y algunas, como las que se hallaron en Teuchitlán, pueden haber sido retenidas o incluso asesinadas por negarse a colaborar.

 

Por su parte, el CJNG no ha escatimado esfuerzos en difundir su poderío. Se sabe que la organización criminal utiliza las redes sociales para mostrar la crudeza de sus actos, desde la ejecución de rivales hasta el “castigo” a quienes se oponen a su estructura. En Teuchitlán, las mochilas y prendas no son solo artículos personales olvidados, sino el testimonio de la brutalidad del crimen organizado.

 

La fiscalía de Jalisco sigue trabajando de manera coordinada con el gobierno federal y ha extendido una invitación para que participen en la investigación, lo que da esperanza a los familiares de las víctimas de que el proceso judicial será lo más transparente posible. A pesar de los avances, como el descubrimiento de los crematorios y la recolección de pruebas, aún queda mucho por esclarecer.

 

El análisis forense sigue en curso, y la sociedad espera con ansias más respuestas sobre el destino de las víctimas y el futuro de la lucha contra el CJNG y otros grupos criminales en México.

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