Aalma ech Chaab, 13 de octubre del 2023.- El pasado viernes, la tensión se intensificó en la frontera entre Israel y Líbano. El ejército israelí llevó a cabo bombardeos en las proximidades de varias ciudades fronterizas del sur libanés, en respuesta a una explosión en la valla fronteriza y un presunto «intento de infiltración» en Israel. Esta situación ha reavivado la delicada situación entre ambos países y ha agravado la ya de por sí tensa relación en la región.
Los bombardeos israelíes se centraron en los pueblos de Dhayra y Alma al Shaab, y también alcanzaron un puesto del ejército libanés en Dhayra. Esta acción ha llevado a las fuerzas armadas libanesas a denunciar que Israel golpeó una torre de vigilancia del ejército del Líbano, aunque han aclarado que no se produjeron bajas militares. Las localidades de Dhayra y Alma al Shaab, también fueron afectadas por los bombardeos, resultando en la muerte de un periodista y dejando heridos a al menos otros cuatro, según informa Al Jazeera.
El documento emitido por el ejército israelí detalla que hubo un «intento de infiltración terrorista» en la zona de Hanita, acompañado de un ataque a la valla fronteriza. Como respuesta, las fuerzas israelíes dispararon contra infraestructuras del grupo islamista Hizbulá, con quien se mantiene un fuego cruzado desde el domingo pasado.
Aumentando aún más la controversia, la ONG Human Rights Watch denunció que Israel ha utilizado fósforo blanco en sus ataques tanto en Gaza como en el Líbano, arma química prohibida internacionalmente por los Convenios de Ginebra debido a las graves quemaduras que puede causar. A pesar de las evidencias presentadas por la organización, las autoridades israelíes han negado tales acusaciones.
El conflicto no se limita solo a estas dos naciones. La situación en Gaza y las amenazas de Hizbulá de intervenir directamente «si las circunstancias lo requieren», junto con los ataques denunciados por Siria a los aeropuertos de Damasco y Alepo, reflejan un panorama de inestabilidad y tensión en todo Medio Oriente.
El mundo observa con creciente preocupación estos eventos, esperando que la diplomacia prevalezca y se evite una escalada mayor en el conflicto.