Por Juan Pablo Ojeda
Este sábado, Israel vivió un nuevo episodio de tensión cuando un dron, atribuido a la milicia chií libanesa Hezbolá, impactó en Cesárea, específicamente en la residencia privada del primer ministro Benjamín Netanyahu. Afortunadamente, ni Netanyahu ni su familia se encontraban en la casa durante el incidente, lo que evitó una tragedia mayor.
La oficina del primer ministro emitió un comunicado confirmando que «un dron fue dirigido a la casa del primer ministro en Cesárea. El primer ministro y su esposa no estaban allí y no hubo víctimas en el incidente.» Este ataque forma parte de un contexto de creciente hostilidad en la región, con Hezbolá intensificando sus operaciones.
El Ejército israelí también proporcionó detalles sobre la situación, indicando que se identificaron tres vehículos aéreos no tripulados que cruzaron desde el Líbano hacia territorio israelí. De estos, dos fueron interceptados, mientras que el tercero logró impactar en la zona de Cesárea. Durante el evento, las sirenas de alerta también sonaron en la base militar de Glilot, lo que subraya la gravedad de la situación.
Cabe recordar que la residencia vacacional de Netanyahu en Cesárea ha sido un punto focal de protestas en los últimos dos años, donde los ciudadanos han expresado su descontento tanto por la reforma judicial como por la falta de un acuerdo de tregua en Gaza que permita la liberación de rehenes. Este nuevo ataque con dron añade un nivel adicional de incertidumbre a un clima político ya tenso en Israel.
El incidente no solo refleja la creciente amenaza que representa Hezbolá para la seguridad israelí, sino que también pone de manifiesto las tensiones internas que enfrenta el gobierno de Netanyahu. Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos en esta volátil región del Medio Oriente.