Por Juan Pablo Ojeda
La temporada de huracanes 2024 en la cuenca atlántica, que concluye oficialmente este sábado, ha sido una de las más activas y devastadoras en años. Con 11 huracanes formados, 5 de los cuales impactaron Estados Unidos, esta temporada dejó un saldo trágico, destacándose el huracán Helene como el más mortífero. Según cifras preliminares, Helene cobró más de 150 vidas directas, la mayoría de ellas en los estados de Florida y las Carolinas, convirtiéndose en uno de los ciclones más destructivos en la historia reciente del país.
Huracanes implacables: la furia del Atlántico
El inicio de la temporada estuvo marcado por el temido Beryl, un huracán categoría 5 que azotó el Caribe y la península de Yucatán, antes de tocar tierra en Texas en julio y dejar al menos 25 muertes. Sin embargo, fue en septiembre cuando la temporada alcanzó su punto máximo, con una seguidilla de tormentas y huracanes que no dieron tregua, muchos de ellos de gran magnitud.
El meteorólogo Robert Molleda, del Servicio de Meteorología de Miami, destacó que se registró un récord de 12 tormentas después del 10 de septiembre, con 7 huracanes formados en la última parte del mes. Helene, un ciclón de categoría 4, fue el más devastador, con vientos sostenidos de 225 km/h y una trágica estela de destrucción en su paso por Florida, Louisiana y las Carolinas. Este huracán, sólo superado en mortalidad por Katrina en 2005, generó inundaciones masivas que afectaron a múltiples estados.
Impacto en Florida y las Carolinas
Helene causó estragos en el noroeste de Florida, donde fue el huracán más fuerte registrado en la región desde que existen los registros. Las lluvias torrenciales de Helene provocaron inundaciones catastróficas, especialmente en las zonas montañosas de las Carolinas. El saldo de víctimas fue alarmante, con más de 150 muertes, 14 de ellas en Florida, y pérdidas materiales que ascenderán a miles de millones de dólares.
Además, el huracán Milton, formado en octubre en el Golfo de México, alcanzó la categoría 5 y produjo 47 tornados en su paso por la península de Florida, aumentando la preocupación por la intensificación rápida de estos fenómenos.
Fenómenos meteorológicos y el impacto de El Niño
El fenómeno de El Niño, que inhibe la formación de huracanes en el Atlántico, no tuvo una incidencia directa en la temporada de este año, que se mantuvo en fase neutral entre los dos grandes fenómenos climáticos. Sin embargo, las aguas sobrecalentadas del Atlántico, sumadas a las condiciones de La Niña en el Pacífico, contribuyeron a la intensificación de los ciclones tropicales.
Molleda advirtió sobre los peligros de los huracanes más allá del viento, haciendo énfasis en los efectos devastadores de la lluvia, las marejadas y los tornados que acompañan a estos fenómenos. Con más de 300 muertes y daños materiales que superan los 190 mil millones de dólares, la temporada de huracanes 2024 ha subrayado la necesidad de reforzar la infraestructura y los sistemas de alerta temprana para mitigar los efectos de estos desastres naturales.
Conclusiones y futuras predicciones
La temporada de huracanes 2024 ha dejado una profunda huella en el Caribe y Estados Unidos. A medida que las aguas del Atlántico se sobrecalientan, los meteorólogos siguen analizando los factores que podrían haber influido en esta temporada tan activa. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la ciencia y los servicios meteorológicos siguen siendo cruciales para salvar vidas y reducir los daños causados por estos fenómenos cada vez más intensos.