En la era digital, la tecnología ha transformado la forma en que se llevan a cabo las elecciones, desde la votación hasta la supervisión electoral. Las plataformas digitales han surgido como herramientas esenciales para garantizar la transparencia y la integridad de los procesos electorales
La incorporación de tecnologías de comunicación e información (TCI) en los procesos electorales ha generado tanto interés como preocupación entre los electores. La atención pública se ha centrado en tecnologías que promueven la votación electrónica (E-voting), pero también se han introducido otras tecnologías que impactan diversas actividades relacionadas con la administración electoral
La tecnología blockchain, por ejemplo, puede transformar las elecciones y garantizar la seguridad y la transparencia de estos procesos. Países como Estonia y ciudades como Zug en Suiza han implementado sistemas de votación digital basados en esta tecnología
Sin embargo, la adopción de la tecnología en los procesos electorales debe considerarse cuidadosamente, teniendo en cuenta el contexto en el que se usará y las necesidades de los usuarios
La transparencia electoral es otro aspecto crucial que se puede mejorar con el uso de plataformas digitales. La observación electoral, que permite analizar los procesos electorales para mitigar conflictos y fortalecer la confianza de los actores, se ha beneficiado de la digitalización. Organizaciones como Transparencia Electoral asesoran a organismos electorales y a otros actores en el diseño y la elaboración de políticas públicas que aborden la temática electoral
Además, las redes sociales y otras plataformas digitales han cambiado la forma en que se realiza la publicidad electoral. Los partidos políticos y los candidatos utilizan estas plataformas para llegar a los votantes, pero también se han comprometido a evitar la publicación de noticias falsas o engañosas y a evadir el uso de bots, trolls o cuentas falsas para difundir propaganda
En resumen, las plataformas digitales están desempeñando un papel cada vez más importante en la supervisión electoral, proporcionando herramientas para mejorar la transparencia, la seguridad y la eficiencia de los procesos electorales. Sin embargo, es esencial que se utilicen de manera responsable y se tengan en cuenta las necesidades y preocupaciones de los electores.