Seguro has sentido esa irrefrenable necesidad de una siesta justo después de comer, comúnmente conocida en México como el «mal del puerco». Este término tan peculiar se refiere a la sensación de pesadez y somnolencia que muchos experimentamos tras consumir alimentos, especialmente si son abundantes o ricos en azúcares.
La profesora Mónica Méndez Díaz de la UNAM explica que este fenómeno se debe principalmente a un aumento de glucosa en la sangre tras comer, lo cual influye en el sistema nervioso. La glucosa afecta las células orexinergicas en el hipotálamo lateral, que son cruciales para mantenernos despiertos y alerta, reduciendo su actividad y provocando somnolencia.
Contrario a lo que muchos podrían pensar, sentir cansancio después de comer no es necesariamente malo. De hecho, es un estado fisiológico normal que se estabiliza una vez que los niveles de glucosa vuelven a la normalidad. La insulina liberada por el páncreas tras la ingesta ayuda a la producción de serotonina y melatonina, hormonas que inducen el sueño.
Para aquellos que necesitan mantenerse activos y alerta después de comer, la doctora Méndez recomienda evitar alimentos muy azucarados, tomar café, o dar un breve paseo. Si el sueño es inevitable, una siesta de 15 a 30 minutos puede ser suficiente para recuperar energía y continuar con las actividades del día.
La Secretaría de Salud de México aconseja consultar a un especialista si el cansancio es recurrente y muy intenso, para descartar cualquier condición subyacente.