El narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, de 76 años, condenado por el homicidio del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar, tendrá que esperar hasta el próximo 23 de septiembre para ser trasladado del penal de Puente Grande, en el estado de Jalisco, a la prisión domiciliaria que esta semana le fue concedida por un Juzgado federal.
En un video proporcionado por la Dirección de Prevención y Reinserción Social jalisciense, se observa al delincuente en una silla de ruedas y usando oxígeno suplementario, al atender la diligencia en la que se le notificaron, la tarde del jueves, las condiciones del beneficio de prisión domiciliaria.
De hecho, la Guardia Nacional implementó un fuerte operativo de seguridad a la salida de la cárcel, aunque el traslado del reo a un inmueble del Área Metropolitana de Guadalajara al final no se concretó, y fue reprogramada para el viernes 23 de septiembre.
El capo, que está sentenciado en total a 77 años de prisión, logró el beneficio de la prisión domiciliaria por su edad y porque padece 22 enfermedades, ya perdió la vista en un ojo, no escucha con un oído, y tiene problemas de movilidad, por lo que utiliza una silla de ruedas.
La Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana del gobierno federal reportó que además sufre de carcinoma facial, hernia de disco, esofagitis, diabetes, hipertensión, tuberculosis pulmonar latente, neumonía adquirida en el reclusorio e hipertrofia benigna de próstata, entre otras dolencias.
La dependencia agregó este jueves que el reo toma al menos 13 medicamentos para el tratamiento de sus enfermedades.
Para poder salir de la cárcel y ser trasladado a un domicilio, la defensa del delincuente debe comprobar la contratación de un brazalete localizador que el sentenciado tendrá que portar de manera permanente.
Se trata de un servicio cuyos costos corren por cuenta del reo, de acuerdo con la determinación del Juzgado Séptimo de Distrito de Procedimientos Penales de la Ciudad de México, instancia que le otorgó el beneficio de purgar el resto de su condena fuera de prisión.
Si bien no tiene permitido abandonar el lugar donde cumplirá su reclusión domiciliaria, Miguel Ángel Félix Gallardo sí podrá trasladarse de manera excepcional para acudir a servicios médicos u hospitalarios.
Según José Antonio Pérez Juárez, director general de Prevención y Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad del estado de Jalisco, los reportes médicos del capo le pronostican una esperanza de vida menor a los tres años.
Conocido como el “jefe de jefes”, Félix Gallardo fue detenido en abril de 1989, y posteriormente condenado a 37 años de prisión por el secuestro y homicidio de Enrique Camarena Salazar, un agente de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) que logró infiltrarse en aquella época en el cartel de Guadalajara.
Antes de esa sentenciada, se le condenó a 40 años de prisión por los delitos de cohecho, acopio de armas y delitos contra la salud (narcotráfico). En conjunto, las sanciones suman 77 años de reclusión que concluirían en el año 2066.