Un terremoto de magnitud 5.6 ha azotado el este de Turquía, dejando un saldo de al menos a una persona muerta y decenas de heridos, además de provocar el derrumbe de algunos edificios dañados.
El terremoto del lunes se convirtió en el último gran temblor que sacudió el sur de Turquía mientras el país intenta ponerse en pie tras los anteriores terremotos masivos donde perdieron la vida más de 50,000 personas en el sur de Turquía y el noroeste de Siria.
El último sismo se centró en la ciudad de Yesilyurt en la provincia de Malatya, dijo la agencia de gestión de desastres del país (AFAD), y agregó que una persona murió cuando una fábrica se derrumbó en Kahramanmaras, el epicentro del terremoto de magnitud 7.8 que sacudió la región el 6 de febrero.
El alcalde de Yesilyurt, Mehmet Cinar, dijo a la televisión HaberTurk que varios edificios en la ciudad se derrumbaron, incluido un edificio de cuatro pisos donde quedaron atrapados un hombre y su hija.
Cinar dijo que la pareja había entrado al edificio dañado para recoger sus pertenencias.
Las imágenes de televisión mostraron que el hombre era llevado en camilla a una ambulancia, mientras los equipos de rescate intentaban rescatar a su hija, quien aún se encontraba dentro del edificio dañado.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reconoció las deficiencias de la respuesta de su gobierno a los terremotos del 6 de febrero en una conferencia de prensa en Adiyaman, una de las provincias más afectadas por el desastre.
“En los primeros días, no pudimos realizar el trabajo tan eficientemente como queríamos en Adiyaman, por razones como el impacto destructivo de los temblores, el clima adverso y los desafíos debido a la infraestructura dañada”, dijo Erdogan, pidiendo la comprensión de los residentes de Adiyaman el lunes.