La sidra, una bebida espumosa y refrescante, ha sido durante mucho tiempo la elección predilecta para los brindis navideños. Su historia se remonta a la época egipcia, donde su naturaleza espumosa la convirtió en un símbolo de las ceremonias. Los hebreos y los egipcios fueron los creadores de esta receta antiquísima, y la tradición de brindar con sidra se ha transmitido a lo largo de las generaciones.
La sidra se origina de la manzana, que se fermenta durante al menos un año para lograr su sabor distintivo. A pesar de ser una bebida alcohólica, su bajo grado de alcohol permite a muchas personas disfrutar de ella. Se considera una bebida de acompañamiento y gratitud, lo que la hace ideal para las celebraciones navideñas.
En México, la sidra es una parte esencial de las cenas de Navidad y Año Nuevo. Su venta aumenta significativamente en diciembre, y es difícil imaginar un brindis navideño sin ella.
Además de su papel en las celebraciones, la sidra también es conocida por sus beneficios para la salud. Es rica en vitaminas C, B, E y K, y en minerales como el potasio, zinc, magnesio, fósforo y sodio. También es una fuente de antioxidantes naturales, que ayudan a reducir los efectos negativos de los radicales libres.
La sidra también es una bebida depurativa y diurética, que favorece la eliminación de ácido úrico, ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre y puede prevenir la formación de cálculos renales.
A nivel mundial, el mercado de la sidra está en crecimiento. Se espera que alcance los 1.550 millones de litros en 2023 y crezca a una tasa compuesta anual del 5,37%.
Este crecimiento se atribuye a los cambios en las preferencias e intereses de los consumidores, que buscan opciones de bebidas más naturales y refrescantes.
En resumen, la sidra es mucho más que una simple bebida para brindar en las fiestas navideñas. Es una tradición con una rica historia, una opción saludable y una tendencia creciente en el mercado de bebidas.