Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha tomado la palabra en relación a la reciente supuesta declinación de siete ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Según la mandataria, estos funcionarios, entre los que se encuentran la ministra presidenta Norma Lucía Piña y otros destacados ministros, estarían renunciando no solo por motivos de reestructuración del Poder Judicial, sino principalmente para asegurarse beneficios económicos al retirarse. «Están presentando su renuncia para llevarse todos los haberes del retiro, que son una cantidad considerable», afirmó Sheinbaum en una reciente conferencia de prensa.
La polémica surge en un contexto en el que se están discutiendo cambios en la elección de los ministros. Sheinbaum destacó que la propuesta en curso plantea la elección de ministros, pero no la de magistrados y jueces, lo que, según ella, es una inconsistencia. «Si presentan su renuncia ahora, garantizan esos beneficios económicos, pero si lo postergan, podrían perderlos», explicó la presidenta, haciendo énfasis en los intereses financieros detrás de estas decisiones.
Además, la presidenta se refirió al proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara, que busca abordar los recursos interpuestos por partidos de oposición como el PRI, PAN y Movimiento Ciudadano. Según Sheinbaum, estos partidos no tienen personalidad jurídica para presentar amparos sobre reformas constitucionales, lo que, en su opinión, podría llevar a la Corte a incurrir en actos de inconstitucionalidad. “Están legislando, una facultad que pertenece al Congreso”, dijo, instando a esperar la votación en el pleno de la Corte para conocer su postura final.
La mandataria también hizo eco de un sentimiento generalizado en la población, señalando que, de acuerdo con encuestas financiadas por su partido, hay un descontento con el Poder Judicial. “La historia juzgará a los ministros”, concluyó, sugiriendo que las decisiones actuales tendrán repercusiones en la confianza del pueblo hacia el sistema judicial.
Con estas declaraciones, Sheinbaum pone en el centro del debate no solo la legitimidad de las renuncias de los ministros, sino también la capacidad de los partidos políticos para interponer amparos, todo en un contexto donde la estructura del Poder Judicial y su relación con el Ejecutivo están bajo un intenso escrutinio.