Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó de manera firme ante la imposición de un arancel del 25% por parte del gobierno de Donald Trump sobre las importaciones de productos mexicanos. En su conferencia de prensa del 4 de marzo, Sheinbaum destacó que esta decisión carece de justificación, dado que su administración ha tomado acciones contundentes para combatir el crimen organizado y el tráfico de fentanilo, tal como se acordó durante las reuniones bilaterales con Estados Unidos en el último mes.
Sheinbaum señaló que, durante el plazo de pausa acordado el pasado 4 de febrero, el gobierno mexicano avanzó en diversos frentes. Aseguró que entre octubre de 2024 y enero de 2025, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) registró una disminución del 50% en las incautaciones de fentanilo procedente de México. Además, destacó que se han decomisado miles de armas de fuego que provenían mayoritariamente de Estados Unidos.
La presidenta mexicana también descalificó las declaraciones emitidas por la Casa Blanca, calificándolas de «ofensivas, difamatorias y sin sustento». En este sentido, reafirmó que México no aceptará subordinación ni intervencionismo por parte de ningún país, remarcando que las naciones deben respetarse como iguales.
Sheinbaum también detalló las acciones llevadas a cabo en el país, como la incautación de 121.4 toneladas de drogas, incluyendo fentanilo, cocaína y metanfetaminas, así como la destrucción de 329 laboratorios clandestinos. También destacó la detención de más de 13,000 personas vinculadas a delitos de alto impacto.
En respuesta a los aranceles, la mandataria adelantó que México tomará medidas arancelarias y no arancelarias contra Estados Unidos, aunque subrayó que no busca una confrontación económica. En su lugar, consideró que las dos naciones deberían trabajar juntas para fortalecer la región ante el avance de otras economías globales. Sheinbaum destacó que esta medida afectará a ciudadanos y empresas tanto en México como en Estados Unidos, alertando sobre los perjuicios que podría causar en los precios y en la creación de empleos en ambos países.
Finalmente, la presidenta mexicana reveló que el 6 de marzo probablemente sostendrá una llamada telefónica con Donald Trump para discutir la situación. Sin embargo, aclaró que, independientemente del resultado de esta conversación, el 9 de marzo se llevará a cabo una asamblea para proporcionar detalles sobre las medidas que tomará México en respuesta.
