CDMX a 28 de agosto, 2024.- Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, ha sugerido a la bancada morenista en la Cámara de Diputados que no apresuren la discusión sobre la reforma al Poder Judicial, promovida por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador. Según Ricardo Monreal, coordinador de los diputados morenistas para el próximo sexenio, Sheinbaum insiste en un enfoque cuidadoso y respetuoso con los procesos legislativos.
La reforma judicial propuesta ha generado un intenso debate en México y ha levantado preocupaciones tanto a nivel nacional como internacional. Entre los cambios más significativos se encuentra la elección de más de 7,000 jueces, magistrados y ministros del máximo tribunal mediante el voto popular. Además, se plantea reducir el número de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de 11 a nueve, modificar la duración del cargo de presidente de la SCJN de cuatro a dos años, y eliminar ciertos requisitos de experiencia laboral para los cargos judiciales.
Estos cambios han llevado a miles de trabajadores judiciales a realizar un paro de labores y han provocado tensiones con los socios comerciales de México, Estados Unidos y Canadá. Los críticos argumentan que la reforma podría politizar el sistema judicial, debilitando los contrapesos del Poder Ejecutivo y poniendo en riesgo la imparcialidad del sistema de justicia.
En declaraciones a los medios, Ricardo Monreal subrayó la importancia de seguir los tiempos procesales y de no precipitar la aprobación de la reforma judicial. «La presidenta electa ha sugerido que seamos cuidadosos con todo el proceso, que no vulneremos ninguna etapa y que no nos precipitemos», afirmó Monreal. Aunque la reforma podría ser discutida en una sesión del 1 de septiembre, Monreal dejó claro que eso no implica una aprobación inmediata.
Sheinbaum, quien asumirá la Presidencia de México el 1 de octubre, ha manifestado la necesidad de un mayor análisis y reflexión sobre la reforma electoral. «No quiere decir que no se vaya a hacer, sino que vamos a esperar un mejor momento», explicó Monreal.
La reforma ha generado fuertes reacciones dentro del sector judicial. El gremio ha expresado su preocupación de que la eliminación de la carrera judicial para acceder a los cargos de juzgadores pueda permitir que grupos de poder, incluso ilegales, influyan en el sistema de justicia. Además, existe el temor de que la elección popular de jueces pueda politizar aún más el sistema judicial.
Los inversionistas también han expresado su inquietud, ya que consideran que la reforma podría debilitar uno de los contrapesos del Poder Ejecutivo, afectando negativamente el clima de negocios en México, la segunda mayor economía de América Latina.
A pesar de las modificaciones introducidas en la propuesta original, que incluyen la gradualidad de las elecciones, analistas coinciden en que los cambios no alteran la esencia de la iniciativa. El dictamen aprobado establece que en junio de 2025 se realizarán elecciones para reemplazar a los ministros del máximo tribunal del país y a la mitad de los magistrados y jueces de distrito, con una segunda fase en 2027 para los cargos restantes.
Con la llegada de Sheinbaum a la presidencia y su sugerencia de un análisis más profundo, el futuro de la reforma judicial se mantiene en una situación incierta. Mientras tanto, México sigue observando de cerca cómo se desarrollan estos debates que podrían transformar profundamente su sistema de justicia.