Por Javier Macías
¡Vaya paradoja! Claudia Sheinbaum recorre el país con su conferencia magistral «Políticas exitosas de gobierno» y no pone en práctica sus propias recomendaciones. Salvo que, entre sus políticas exitosas, proponga que aludan a “episodios anormales”, cualquiera que éstos sean, para justificar el apoyo de la Guardia Nacional.
Nada, de lo que presupone el título de su disertación (con el que justifica su campaña, que no es campaña, dice), ha puesto en marcha en esta crisis. Sólo un ejemplo. Para ella los logros de su gobierno, en materia de seguridad, han sido los más destacados. Es la bandera que enarbola, principalmente, en las ciudades que padecen el problema de la inseguridad.
En lugar de asumir su ineptitud y su irresponsabilidad de no otorgar presupuesto para el mantenimiento preventivo y correctivo del Metro, Sheinbaum optó por arriar esa bandera de la seguridad y alude a un supuesto sabotaje, a fin de no verse envuelta como responsable del accidente de la Línea 3. Con esa decisión, proyecta que la seguridad ni es exitosa ni mucho menos política.
Qué paradójico que a su funcionario estrella, el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, a quien unas horas antes felicitó por el trabajo de investigación para dar con los responsables del atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva, lo minimice y lo haga a un lado para hacer frente a ese supuesto sabotaje. Quizá es su recomendación para quitar reflectores a uno de sus posibles sucesores y que no es precisamente su favorito. Sólo faltó postear en sus redes sociales #NoEsGarcíaHarfuch. Con el metro que mida será medida (vara, metro, son lo mismo, instrumentos de medición).
Sheinbaum confirmó que hay abierta una carpeta de investigación por sabotaje en el Metro y apenas, el jueves y viernes, visitó los talleres del Sistema, a fin de conocer las necesidades de los trabajadores, para un mejor funcionamiento de ese transporte.
Otra paradoja. Antes de conocer los resultados de esa carpeta de investigación y de dialogar con los trabajadores, sacó sus propias conclusiones, quién sabe dónde, y dictaminó: hay “episodios anormales” y supone un sabotaje y, por tanto, ahí va la Guardia Nacional.
No está preparada para dirigir a una nación. Aspira a la Presidencia de la República, pero en todas las crisis, no busca sus propias soluciones, acude al amparo del mandatario.
¿Qué pasará cuando Andrés Manuel López Obrador ya no esté? Está acostumbrada a no tomar el timón para decidir su propio curso; izar las velas, a fin de navegar hacia donde el viento de Palacio la quiera llevar. Ante la falta de sus propios recursos para encontrar soluciones, se convierte en una niña temerosa, que corre a los brazos de papá, con el propósito de que la proteja de todos los peligros.
“Quiero aprovechar, porque se alborotan los zopilotes, para expresar mi solidaridad, mi apoyo, todo lo que necesite el Gobierno de la Ciudad de México y la jefa de Gobierno, que es una mujer trabajadora, íntegra, honesta. Como estamos en temporada electoral, pues se aprovechan para descalificar, atacar”. Así la consuela papá.
Acuerdan piso parejo en una reunión dispareja
En una reunión a puerta cerrada en la Secretaría de Gobernación, el dirigente de Morena, Mario Delgado, estuvo con gobernadores, a quienes les solicitó piso parejo en el trato a los aspirantes de su movimiento a la Presidencia de la República.
Lo paradójico del asunto es que fue en el territorio de uno de los aspirantes y en la que sólo estuvieron el anfitrión, Adán Augusto López, y Claudia Sheinbaum, así como 16 mandatarios estatales e integrantes de la dirigencia nacional del partido. Se desconoce las causas por las cuales no estuvo Marcelo. Pero otros que han manifestado su interés en ser considerados como aspirantes no fueron invitados.
No se dio a conocer mucho sobre los acuerdos del encuentro. Algunos de los asistentes, postearon una fotografía y dijeron que fue una reunión, con el propósito de fortalecer la unidad. Parecía una reunión dispareja en la que acordaron brindar un piso parejo a los suspirantes. Pero este domingo, se difundió una carta, suscrita por el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, quizá como parte de esos acuerdos.
Para sorpresa de todos, sobre todos aquellos que promovían su salida o su expulsión del partido o, al menos, quitarle la coordinación de la Fracción Parlamentaria del Senado, se van a quedar con las ganas y el mayor de sus berrinches. Ricardo Monreal es la cuarta corcholata oficial. En esa misiva Delgado pide un trato igualitario para Claudia, Marcelo, Adán Augusto y Ricardo Monreal.
Así que, por fin, el senador es reconocido como corcholata. Monreal transitaba por una vía con topes y baches, en la que muchos morenistas esperaban su caída o descarrilamiento; que supo sortear los obstáculos de algunos de los gobernadores, asistentes a dicho encuentro, como la chiapaneca Layda Sansores y el veracruzano Cuitláhuac García. Sólo falta esperar que se cumplan los acuerdos.
No es una concesión graciosa, el legislador se ha ganado a pulso esa nominación. Su llamado a la reconciliación nacional, por fin ha tenido cabida dentro del partido en que milita. La construcción de la unidad, a la que convocan en esa misiva, no tendría sentido, si dejan fuera a uno de los suyos, a quien mucho le deben para el avance de la transformación de ese instituto político.
Leyes electorales y gobernabilidad
Al igual que Sheinbaum, Adán Augusto ya recorre el país. Con su disertación “Diálogos Ciudadanos: Reforma Electoral y Gobernabilidad en México”. Busca posicionar su imagen, porque en las encuestas aparece en los últimos lugares.
También es paradójico que hable de la gobernabilidad de México cuando él, como titular de Gobernación, es uno de los pilares de esa gobernabilidad a la que alude y que debe promoverla en un espacio de neutralidad, en la relación del Ejecutivo con los otros dos poderes. Al investirse como candidato presidencial pierde su calidad de interlocutor y la garantía de que las decisiones que tome sean para beneficio del país y no para el partido político que representa.
¡Vaya paradoja! En su speech hace referencia a la reforma electoral, a las leyes que fueron modificadas para garantizar elecciones seguras, transparentes y confiables, pero Adán Augusto viola muchos preceptos en su gira de promoción personal; en esta campaña, que también dice que no es campaña. Si en sus actividades por las entidades aparecen espectaculares, pancartas, bardas y hasta móviles, con su fotografía y la frase “Que siga López” y le gritan “presidente, presidente”, si no es campaña, entonces quién sabe qué será.