Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha tomado un firme posicionamiento en contra de lo que considera una “cultura machista” que intenta deslegitimar su mandato, sugiriendo que el exmandatario Andrés Manuel López Obrador sigue gobernando desde las sombras. Durante su conferencia de prensa matutina, Sheinbaum expresó su rechazo a la idea de que las mujeres no pueden liderar sin la influencia de un hombre detrás de ellas. “Es parte de una cultura machista”, subrayó, refiriéndose a las críticas que ha recibido desde la oposición.
La mandataria enfatizó que la percepción de que López Obrador podría seguir dictando la agenda política durante su mandato es un error. “Él se fue a Palenque y está en un periodo de reflexión y escritura; la presidenta de México se llama Claudia Sheinbaum Pardo”, reafirmó, dejando claro que su gobierno es autónomo y que ella tiene la capacidad de liderar el país por sí misma.
Desde que asumió la presidencia el 1 de octubre, con casi 36 millones de votos a su favor, Sheinbaum ha enfrentado acusaciones de que imita el estilo de su predecesor. Ante esto, no dudó en calificar tales afirmaciones como machistas. “Vamos a seguir hablando del machismo porque eso se tiene que desterrar en nuestro país. Todos somos iguales ante la ley”, afirmó. La presidenta también destacó la importancia de reconocer la igualdad sustantiva en la Constitución.
Un punto crucial de su discurso fue la crítica al uso peyorativo del término “ama de casa”. “¡No! Yo soy presidenta, abuela, mamá y ama de casa, y con orgullo. Todas las amas de casa, que son mujeres y esposas que se dedican al hogar, merecen nuestro reconocimiento; realizan un trabajo que nadie reconoce”, afirmó, defendiendo la dignidad y el valor del trabajo doméstico.
La declaración de Sheinbaum no solo resalta su compromiso con la igualdad de género, sino que también busca fomentar un cambio cultural en México, donde los estereotipos de género aún persisten en muchos ámbitos. Su mensaje es claro: la lucha por la equidad no se limita a la política, sino que abarca todas las facetas de la vida social y familiar.
A medida que su gobierno avanza, la presidenta continúa reafirmando su compromiso de erradicar el machismo y promover el respeto hacia todas las mujeres, independientemente de su rol en la sociedad.