Por Juan Pablo Ojeda
Claudia Sheinbaum, la presidenta electa de México, salió al paso de las críticas sobre la reforma que permite al Ejército controlar la Guardia Nacional, asegurando que no se trata de una «militarización» del país. En declaraciones a los medios, Sheinbaum reafirmó su compromiso con el respeto a los derechos humanos y destacó que la seguridad en el país seguirá bajo un mando civil. “No tienen por qué preocuparse, se van a respetar los derechos humanos, y es la fortaleza de una institución, y no significa militarización por más que digan lo que digan”, aseguró.
La futura mandataria, quien asumirá el cargo el 1 de octubre, respaldó la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, actualmente en discusión en la Cámara de Diputados, que busca que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) administre la Guardia Nacional, una corporación que fue creada en 2019 con más de 120 mil elementos y que hasta ahora dependía de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Sin embargo, la oposición y varias organizaciones civiles han expresado su preocupación, advirtiendo que esta reforma constitucional podría llevar a una militarización en todos los ámbitos del país. La reforma propone cambios al artículo 129 de la Constitución, que limita las funciones militares en tiempos de paz, una norma que no se ha modificado desde 1857. También se busca eliminar la “garantía orgánica” en el artículo 21, que establece que las instituciones de seguridad pública deben ser de carácter civil.
Sheinbaum defendió la reforma argumentando que, en última instancia, la seguridad seguirá bajo su control como presidenta civil. “Militarización significa que haya un mando militar que está tomando decisiones, y las decisiones las toma el comandante o comandanta de las Fuerzas Armadas; aquí hay un poder civil”, explicó.
Bajo la administración de López Obrador, las funciones de las Fuerzas Armadas se han ampliado significativamente, abarcando tareas que van desde la seguridad pública hasta la construcción de infraestructura y la administración de aduanas y puertos, además de proyectos emblemáticos como el Tren Maya.
En este contexto, el debate sobre la reforma y sus implicaciones para la seguridad y la estructura del Estado mexicano continúa siendo un tema candente en el país, mientras Sheinbaum se prepara para asumir el liderazgo y enfrentar los desafíos que se avecinan.