CDMX a 23 de agoto, 2024.- La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, respondió a las críticas del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien cuestionó la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca la elección de jueces y magistrados mediante el voto popular. Salazar advirtió que este cambio podría debilitar al Poder Judicial y afectar la histórica relación comercial entre ambos países.
En su respuesta, Sheinbaum señaló que “en 43 de los 50 estados de Estados Unidos se eligen los jueces por voto popular”, sugiriendo que el modelo propuesto en México no es tan diferente al que ya existe en gran parte del territorio estadounidense. Este comentario se produce tras las declaraciones de Salazar, quien manifestó su preocupación de que las elecciones directas de jueces pudieran facilitar la injerencia de cárteles y actores políticos en el sistema judicial mexicano.
La reforma judicial en cuestión ha sido uno de los temas más polémicos del gobierno de López Obrador. La propuesta busca democratizar la elección de jueces y magistrados, eliminando el tradicional «dedazo presidencial» en estos nombramientos, un proceso que Sheinbaum ha defendido como una forma de fortalecer la independencia judicial. Sin embargo, esta iniciativa ha generado preocupación no solo en Estados Unidos, sino también en Canadá, donde el embajador Graeme C. Clark señaló que los inversionistas canadienses están inquietos por el posible impacto de la reforma en el clima de negocios en México.
Las preocupaciones de los embajadores de Estados Unidos y Canadá se centran en el posible debilitamiento del Estado de derecho en México, temiendo que jueces inexpertos o influenciados políticamente puedan ser más susceptibles a la corrupción o a las presiones externas. Esta situación, según los diplomáticos, podría afectar la confianza de los inversionistas y, por ende, la estabilidad económica y comercial entre los países.
La respuesta de Sheinbaum subraya la diferencia de perspectivas entre los gobiernos de México y Estados Unidos respecto a la reforma judicial. Mientras que las autoridades mexicanas ven en la elección popular de jueces una oportunidad para democratizar y transparentar el sistema judicial, los críticos advierten sobre los riesgos de politización y debilitamiento institucional.
Durante su conferencia de prensa, Sheinbaum también desmintió las afirmaciones de que no se han tomado en cuenta las opiniones de especialistas en la elaboración de la reforma. Según la presidenta electa, se llevaron a cabo foros en los que se recogieron diversas posturas, que luego fueron incorporadas en los apartados de la propuesta final.
El debate sobre la reforma judicial en México está lejos de concluir. Mientras el gobierno avanza en su agenda, las críticas internacionales y las preocupaciones de la comunidad empresarial podrían influir en el desarrollo y la implementación de esta controvertida iniciativa. Será fundamental observar cómo responden los actores clave en las próximas semanas, así como el impacto que podría tener en las relaciones bilaterales y en la estabilidad del sistema judicial mexicano.