Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que se están llevando a cabo investigaciones sobre el homicidio del presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, quien fue asesinado el domingo pasado, apenas seis días después de haber asumido su cargo. Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum destacó que las autoridades están trabajando para determinar el móvil del crimen y realizar las detenciones pertinentes.
«Sobre el lamentable suceso del presidente municipal de Chilpancingo, se están haciendo las investigaciones necesarias para saber cuál fue el móvil y, por supuesto, hacer las detenciones correspondientes”, declaró la mandataria. Asimismo, mencionó que se está colaborando con la Fiscalía del Estado de Guerrero y evaluando la posibilidad de que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso.
Sheinbaum indicó que, a futuro, se intensificarán los esfuerzos en los estados con mayores índices de violencia. “Vamos a trabajar en algunos estados en particular con mayor presencia e inteligencia, en coordinación con los gobernadores”, agregó, dejando claro el compromiso de su administración en la lucha contra la violencia y el crimen organizado.
La Fiscalía de Guerrero confirmó que Alejandro Arcos Catalán fue asesinado en un ataque que se está investigando como un homicidio calificado. En un comunicado, se informó que se han iniciado las indagatorias para dar con los responsables del crimen. Agentes de la Policía Investigadora Ministerial y de los Servicios Periciales de la FGE llegaron al lugar del incidente para recopilar pruebas que permitan esclarecer lo ocurrido.
Los informes iniciales indican que la cabeza de Arcos Catalán fue encontrada en el toldo de un vehículo en el libramiento hacia Tixtla, en Chilpancingo, lo que ha generado consternación en la comunidad. Este homicidio se produce solo tres días después de la muerte de su secretario general de Gobierno, Francisco Tapia, lo que aumenta la preocupación sobre la seguridad en la región.
La situación en Guerrero y en otras partes del país sigue siendo crítica, y las autoridades están bajo presión para garantizar la seguridad de los funcionarios públicos y la ciudadanía en general.