CDMX a 15 de marzo, 2024.- En el corazón de Campeche, Claudia Sheinbaum, la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, desveló su ambicioso proyecto para transformar el campo mexicano: “República rural, justa y soberana”. Su visión, enraizada en la soberanía alimentaria y el fortalecimiento de los programas sociales, promete redefinir la agricultura en México, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres en el sector agrícola.
La propuesta de Sheinbaum se estructura en cinco ejes fundamentales que buscan garantizar no solo la autosuficiencia alimentaria de México sino también dignificar la labor de los agricultores, especialmente de las mujeres que han sido tradicionalmente marginadas en este sector. A través de la continuación y ampliación de programas como Sembrando Vida y la implementación de políticas específicas para pequeños y medianos productores, Sheinbaum aspira a un campo más inclusivo y productivo.
El énfasis en la prohibición del maíz transgénico y el fomento de cultivos nacionales subraya el compromiso de la candidata con la preservación de la biodiversidad y la salud de los mexicanos. La soberanía alimentaria, según Sheinbaum, es la piedra angular de su estrategia, asegurando que México pueda producir lo que consume y reducir la dependencia de importaciones.
Entre las iniciativas destacadas, se encuentra el reconocimiento de más de 150,000 mujeres como titulares de derechos agrarios, la creación de centros de atención infantil para apoyar a las madres trabajadoras del campo y la garantía de acceso a seguridad social, educación y salud para ellas. Este enfoque integral no solo busca potenciar la producción agrícola sino también mejorar significativamente la calidad de vida de las familias rurales.
La propuesta de Sheinbaum no se limita a los cultivos tradicionales; también pone énfasis en la modernización de la infraestructura de riego y en la tecnificación del sector para hacer frente a los desafíos actuales como la sequía prolongada que afecta al país. El Plan Campeche es un claro ejemplo de cómo se pretende reactivar cultivos históricos como el arroz, mediante precios de garantía, financiamiento e inversión en tecnología de riego.