CDMX a 15 de abril, 2024.- En el ámbito político de México, las ondas de choque tras el primer debate presidencial continúan resonando. Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial por el partido Morena, ha expresado su disconformidad con la organización y las preguntas formuladas durante el evento. En una reciente conferencia de prensa en Los Mochis, Sinaloa, Sheinbaum denunció un sesgo percibido en las preguntas, las cuales, según ella, parecían ignorar los logros del actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Sheinbaum, respaldada por su equipo de campaña, anunció que harán un planteamiento formal al Instituto Nacional Electoral (INE) para revisar y potencialmente modificar el formato de los debates futuros. «Vamos a hacer un planteamiento general al INE sobre el formato del debate, desde lo que supuestamente ya había sido aprobado, a la luz de cómo se desarrolló el primer debate y las características de las preguntas», declaró Sheinbaum.
La candidata argumentó que las preguntas estaban «orientadas como si no hubiera pasado nada durante el gobierno del presidente». Esta percepción de sesgo no solo afecta a su campaña, sino que también toca un punto sensible en la política mexicana, donde la imparcialidad del INE ha sido cuestionada anteriormente.
Además de Sheinbaum, otros partidos y candidatos, como Xóchitl Gálvez del PAN, han expresado inconformidades similares, pidiendo cambios en la producción del debate para garantizar un campo de juego equitativo para todos los contendientes.
Este desacuerdo subraya la tensión y la alta competitividad de las próximas elecciones presidenciales en México, donde cada detalle del proceso electoral está bajo escrutinio. La respuesta del INE y las modificaciones al formato del debate serán cruciales para la percepción pública de la equidad y la transparencia del proceso electoral en uno de los momentos más críticos de la democracia mexicana.