Por Juan Pablo Ojeda
En una reciente conferencia de prensa, la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo abordó con firmeza las preocupaciones expresadas por el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, sobre la reforma propuesta para el Poder Judicial. La discusión gira en torno a la propuesta de modificar el sistema de selección de jueces, magistrados y ministros, para que sean elegidos mediante votación popular.
Sheinbaum Pardo reiteró su posición sobre la reforma, destacando que el propósito de la misma es fortalecer el Estado de derecho en México y asegurar que los aspirantes a cargos judiciales estén debidamente preparados y sean autónomos. En este sentido, la presidenta electa instó a Salazar a revisar a fondo la propuesta antes de emitir juicios, subrayando que toda la información está disponible en línea para su consulta. “Es fundamental que antes de opinar, se conozca toda la propuesta. Hoy estamos hablando de un Poder Judicial autónomo, preparado y fortalecido”, aseguró Sheinbaum.
El conflicto surge del reciente posicionamiento de Salazar, quien en una inusual conferencia de prensa el 22 de agosto, expresó su oposición a la reforma. Salazar argumenta que permitir la elección directa de jueces podría exponer al sistema judicial a riesgos significativos, incluyendo la posibilidad de que el crimen organizado influencie a jueces inexpertos y motivados políticamente. El embajador también advirtió que la reforma podría poner en peligro la histórica relación comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, una relación que, según él, depende de la confianza en el sistema judicial para asegurar inversiones y prosperidad.
Sheinbaum Pardo respondió a estas preocupaciones indicando que cualquier cambio en el sistema judicial debería ser una decisión tomada por el pueblo mexicano. Agregó que, si la reforma es aprobada, se podría discutir cómo integrar esta modificación en los acuerdos comerciales entre las tres naciones. Sin embargo, subrayó que en este momento la prioridad es asegurar que la reforma se entienda correctamente y que sus beneficios para el sistema judicial mexicano sean reconocidos.
La presidenta electa también destacó que la reforma no solo busca la elección directa de jueces, sino que pretende fortalecer la estructura del Poder Judicial, incluyendo la mejora de la formación y la capacitación de los jueces. Enfatizó que, en lugar de debatir la forma en que se eligen los jueces, el enfoque debería estar en cómo se garantiza que el sistema judicial funcione de manera efectiva y autónoma.
El debate entre Sheinbaum y Salazar refleja una tensión entre los intereses nacionales y las preocupaciones internacionales, especialmente en torno a cómo las reformas locales pueden afectar las relaciones y acuerdos a nivel global. Mientras México continúa con la discusión de esta reforma, el papel de los actores internacionales y la percepción global de las políticas internas seguirán siendo factores cruciales en el desarrollo de esta importante cuestión.