En los últimos años, una nueva tendencia ha conquistado el mundo del turismo: el set-jetting. Este fenómeno, también conocido como turismo cinematográfico, conecta a los viajeros con los escenarios de sus películas y series favoritas, transformando lugares ficticios en destinos reales. Desde los paisajes épicos de El Señor de los Anillos en Nueva Zelanda hasta los vibrantes escenarios urbanos de The Last of Us en Canadá, el set-jetting está impulsando economías locales y generando experiencias únicas para los turistas cinéfilos.
La magia del cine no solo se queda en la pantalla; ahora es parte de las aventuras de millones de viajeros que buscan revivir escenas icónicas y sumergirse en los mundos que han cautivado sus corazones. El impacto del set-jetting se refleja en el crecimiento del turismo en lugares como Nueva York, famosa por sus incontables apariciones en películas y series, y Tokio, que ha sido el escenario de producciones como Alice in Borderland de Netflix.
Una de las razones por las que el set-jetting ha ganado tanta popularidad es que ofrece a los turistas la oportunidad de ser parte de algo tangible. Caminar por los mismos lugares donde sus personajes favoritos han estado agrega un componente emocional y auténtico a sus viajes. Ya sea una excursión por Central Park, donde tantas escenas emblemáticas de películas han sido rodadas, o una visita a las colinas de Alberta, donde se filmaron algunas de las escenas más impactantes de The Last of Us, el set-jetting ofrece una inmersión total en el mundo del entretenimiento.
Además del impacto emocional, el turismo cinematográfico tiene un gran potencial económico. Los destinos que han sido escenarios de películas o series ven un aumento significativo en la afluencia de turistas, lo que se traduce en beneficios para las economías locales. Restaurantes, hoteles, tiendas y servicios de transporte en lugares como Nueva Zelanda, Calgary o Japón han reportado un aumento considerable en sus ingresos, impulsado por visitantes ávidos de explorar los sets de sus producciones favoritas.
Para los asesores de viajes, el set-jetting representa una oportunidad única para crear itinerarios personalizados que destaquen los detalles más fascinantes de los destinos cinematográficos. Los turistas no solo quieren ver dónde se filmaron las películas; quieren vivir esas experiencias y sentirse parte de las historias que aman. Esta tendencia también está redefiniendo el concepto de turismo cultural, pues combina el amor por el cine con la exploración de nuevas culturas y lugares.
En resumen, el set-jetting no solo es una moda pasajera, sino una tendencia que está aquí para quedarse, alimentada por el poder de las plataformas de streaming y el creciente deseo de los viajeros de conectar más profundamente con los lugares que visitan. Ya sea en busca de acción, romance, o simplemente una historia bien contada, el cine está guiando a los turistas hacia sus próximos destinos de ensueño.