CDMX a 25 de septiembre, 2024.- En una tensa y maratónica sesión, el Senado de la República aprobó la reforma que establece la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Con 86 votos a favor y 42 en contra, Morena y sus aliados lograron la mayoría calificada necesaria para reformar varios artículos de la Constitución, en el marco del llamado «Plan C» del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La oposición, liderada por PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, rechazó la reforma al considerar que se trata de una «militarización» de la seguridad pública en México. Argumentaron que la Guardia Nacional pasará a estar completamente bajo el control militar, lo que representa un retroceso en la lucha por una seguridad civil. Durante el debate, el PAN destacó que el 70% de los integrantes de la Guardia Nacional ya son militares y, con esta reforma, esa cifra aumentará al 100%.
Por su parte, Morena defendió que no se trata de una militarización, sino de una reorganización para fortalecer la seguridad pública. La reforma implica que los delitos y faltas cometidos por elementos de la Guardia Nacional sean juzgados por tribunales militares, y no por tribunales civiles. Además, el control presupuestal y operativo de la Guardia Nacional estará a cargo de la Sedena, lo que ha generado aún más críticas de los opositores.
La sesión estuvo marcada por enfrentamientos verbales entre los legisladores. Uno de los momentos más tensos ocurrió entre Javier Corral, exgobernador de Chihuahua y actual senador de Morena, y sus excompañeros del PAN, quienes lo acusaron de haber cambiado de postura respecto a la militarización de la seguridad.
A pesar de los reclamos, Morena y sus aliados retiraron sus reservas para acelerar la votación y lograr la aprobación sin cambios. Ahora, el proyecto de decreto será enviado a los Congresos estatales, donde al menos 17 legislaturas deberán aprobarlo para que la reforma entre en vigor.
El futuro de la seguridad pública en México sigue siendo un tema divisivo, y este cambio estructural podría definir la política de seguridad en el próximo sexenio, cuando Claudia Sheinbaum, la futura presidenta de México, asuma el cargo.