CDMX, 24 de septiembre de 2023 — Seis años después de los devastadores sismos que sacudieron México en septiembre de 2017, aún queda un largo camino por recorrer en la restauración del patrimonio cultural dañado. María del Carmen Castro Barrera, titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que aún falta restaurar el 40% de los bienes muebles afectados, la mayoría de los cuales son parte de templos históricos.
Un Trabajo a Gran Escala
En una entrevista concedida a La Jornada, Castro Barrera describió la restauración como «un trabajo a gran escala», ya que no sólo se trata de bienes muebles como esculturas, pinturas y retablos, sino también de «piezas asociadas» a edificaciones que sufrieron grietas, fisuras y desplomes.
“Los sismos no sólo dejaron el dolor de ver una iglesia destruida, sino también afectaron imágenes tan importantes en el culto religioso de varias personas», agregó la restauradora. Posterior a los sismos, en algunas comunidades se levantaron templos temporales, mientras que en otros casos, las imágenes se resguardaron.
Desafíos en la Restauración
Uno de los principales obstáculos ha sido la falta de restauradores especializados. A pesar de contar con el apoyo de restauradores externos, la CNCPC enfrentó el desafío de coordinar y supervisar los trabajos debido a la limitada cantidad de especialistas en el INAH, que cuenta con «alrededor de 166 que están repartidos por todo el país».
Adicionalmente, en 2023 se deberán aplicar todos los recursos disponibles del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) y otros fondos del Plan Nacional de Reconstrucción, por decisión presidencial y de la Secretaría de Cultura federal.
Casos Emblemáticos
Entre los casos más desafiantes se encuentra la escultura colonial de Santiago Apóstol en Izúcar de Matamoros, Puebla. “Fue un trabajo de tres años; incluso se tuvo que hacer una réplica del caballo, que estaba completamente desecho», señaló Castro.
Además, la restauradora destacó la intervención en los ex conventos a las faldas del volcán Popocatépetl y la recuperación de pinturas en la capilla de Santa María Ocuilan, en el Estado de México, describiendo el proceso como «casi mágico».
Mirando al Futuro
Se espera que en los próximos meses se intensifiquen los esfuerzos para restaurar el patrimonio cultural dañado, un legado que, como señala Castro Barrera, es vital no solo para la historia y la cultura de México, sino también para el bienestar emocional de sus comunidades.