CDMX a 19 de octubre, 2022.- Durante años, aproximadamente dos toneladas y media de materiales arqueológicos, recuperados en las excavaciones que realizó el arqueólogo Eduardo Pareyón Moreno a lo largo de 46 años, fueron almacenadas en los jardines del Ex Convento de Churubusco, hasta que, en 1995, comenzó su estudio mediante un proyecto de investigación, el cual ha permitido redescubrir casi mil piezas, procedentes de diferentes regiones culturales de México.
Después de 27 años de análisis, por primera vez, se exhibe al público una pequeña muestra de piezas completas. Bajo el título Colección arqueológica de Pareyón-López. Imágenes del Preclásico, la exhibición se presenta desde esta semana en el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Cuicuilco, donde permanecerá hasta el próximo 31 de diciembre.
Aunque la colección completa reúne piezas arqueológicas de varios sitios y periodos, para esta muestra solo se eligieron 64 objetos del Preclásico, cuyas antigüedades van del 800 al 400 a.C., la mayoría procedentes de dos de los sitios arqueológicos más antiguos de la Cuenca de México: Tlatilco y Tlapacoya, ubicados en el Estado de México; además de un objeto de Colima y uno de Guerrero.
Así lo explican los arqueólogos y curadores de la muestra, José Antonio López Palacios, Ramón López Valenzuela y Yalo Jesús Madrigal Cossio, quienes han trabajado en el rescate de esta colección, una labor que ellos llaman “arqueología de la arqueología”.
A partir de 1995, los materiales comenzaron a ser revisados y rescatados, seleccionándose piezas cerámicas y de piedra completas y fragmentadas, así como los restos que tenían elementos o decoración sobresaliente, explica López Palacios.
“Desafortunadamente, la mayoría carecía de información documental. A partir de comparaciones con otras colecciones y catálogos se logró identificar piezas pertenecientes a las regiones del Altiplano Central, Costa del Golfo, Oaxaca, occidente y del área maya, las cuales datan de los periodos Preclásico, Clásico y Posclásico, quedando conformada una colección de casi mil objetos”.
La colección fue nombrada con el apellido de los dos arqueólogos que la conformaron: Pareyón, quien excavó los objetos, y López, quien los redescubrió.
El también subdirector de Investigación en la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH y organizador de la muestra, Ramón López Valenzuela, recuerda que a Eduardo Pareyón le tocó una época en la que había pocos arqueólogos en el INAH y mucho quehacer en la materia, lo que lo llevó a atender un sinfín de trabajos de rescate y salvamento, sin tener tiempo para sentarse a escribir los resultados de sus investigaciones.
Arquitecto de primera formación, Pareyón estudió arqueología en la ENAH, y entre 1946 y 1955 formó parte del equipo que exploró Tlatilco, bajo la dirección de Miguel Covarrubias y Daniel Rubín de la Borbolla, donde descubrió el Cerro del Tepalcate, a partir del cual escribió su tesis de titulación.
La exhibición se conforma de 64 piezas, que dan idea de la destreza artística de sus creadores: 23 de lítica (cuchillos, una punta de proyectil, punzones, una navajilla, pendientes y cuentas) y 41 de cerámica (una vasija zoomorfa miniatura, una olla, un plato, cajetes, cuencos y figurillas, entre estas, una antropomorfa, una de deidad relacionada con el maíz, la divinidad femenina de la fertilidad, la dualidad de lo femenino y masculino, además de sellos).