Por Bruno Cortés
El diputado Reginaldo Sandoval Flores, que lidera al Grupo Parlamentario del PT, está en medio de una tormenta política tras la reciente resolución de una jueza en Morelos. Esta jueza ha decidido suspender la reforma al Poder Judicial, y para Sandoval, esto es un auténtico «ataque a la voluntad popular». Según él, esta decisión es un intento por detener un cambio fundamental que se necesita para transformar la justicia en México.
Sandoval Flores no se anda con rodeos. En un comunicado, dijo que el fallo de la jueza muestra una desconexión total con lo que la ciudadanía quiere. La gente está cansada de un sistema judicial que consideran injusto, lento y poco transparente. Según él, la reforma era una oportunidad para mejorar todo esto, pero ahora parece que ciertos sectores del Poder Judicial están más interesados en proteger sus propios privilegios que en escuchar a la gente.
Para el diputado, este tipo de decisiones sólo demuestran una resistencia a los cambios que la sociedad ha estado pidiendo a gritos. Esto, claro, está generando una gran frustración entre los ciudadanos, que se sienten cada vez más desesperados por una justicia que les brinde equidad y prontitud. Sandoval Flores también cree que, aunque hay quienes dentro del Poder Judicial están haciendo su trabajo bien, otros están tan atrapados en sus privilegios que no ven más allá de sus propios intereses.
El líder parlamentario también recordó que en el pasado se les dio a los miembros del Poder Judicial la oportunidad de realizar una autocrítica y proponer sus propias reformas. Pero, según él, se sintieron tan intocables que rechazaron la propuesta. Ahora, esa actitud de soberbia está provocando un desgaste en la relación con la sociedad, que está cada vez más frustrada.
Sandoval Flores no duda en afirmar que el Poder Legislativo no se va a dejar detener por unos pocos y que seguirá adelante con su estrategia, especialmente con el llamado «Plan C». Según él, la voluntad del pueblo es clara y es responsabilidad de todos los actores políticos y judiciales escuchar y actuar en consecuencia.
Así que, mientras la batalla por la reforma judicial sigue, el mensaje es claro: el Congreso está decidido a seguir adelante con sus planes, independientemente de los obstáculos que se presenten.