La música de salsa ha tenido un impacto significativo en la música latina, transformándola y dejando una huella indeleble en su historia.
Este género musical, que surgió en Nueva York en la década de 1960, es una mezcla de ritmos caribeños como la salsa, el mambo y el son cubano.
A medida que la música se difundió por todo el mundo, se convirtió en un símbolo de la cultura latina.
La salsa se planteó como un estandarte que alentó a los latinos inmigrantes en Nueva York para salvar su identidad y redefinirse en un ambiente sociocultural desarraigado a su tierra y sus costumbres.
Se convirtió en un producto musical que respaldaba la identidad de los latinos inmigrantes.
La salsa es un ritmo 100% latino, pero la sociedad que produjo este ritmo nace de la unión de tres grandes culturas: la europea, la cultura originaria de América Latina y la africana.
Musicalmente hablando, el ritmo de la Salsa utiliza como base el patrón del Son y predomina la melodía del Jazz cubano y convencional.
El surgimiento de la salsa abre un nuevo capítulo de la música latina en la música popular estadounidense, donde jugó un papel de primer orden la orquesta Fania All-Stars, dirigida por el dominicano Johnny Pacheco quien, junto al abogado Jerry Masucci, fundó el importante sello salsero Fania Records.
La salsa también ha tenido un impacto social significativo. Durante la década de los años 60, se convirtió en una suerte de lenguaje, una lengua coloquial de los más jóvenes, lo que propició que la salsa fuera juzgada como un «martillero estridente, un estrépito interminable, que con su espacio envolvente, ataca la vieja autoridad del orden verbal».
En resumen, la música de salsa ha tenido un impacto profundo y duradero en la música latina, tanto en términos de su sonido como de su influencia cultural y social.