CDMX a 11 de noviembre, 2022.- La lucha por el poder está en curso. Desde todos los partidos políticos continúan surgiendo aspirantes a ocupar la Presidencia de México en 2024.
En el caso de la oposición, destaca el caso de Claudia Ruiz Massieu, integrante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y actualmente senadora de la República.
Ruiz Massieu no es un personaje cualquiera, es sobrina de Carlos Salinas de Gortari, el expresidente de México que terminó convirtiéndose en el ‘acérrimo enemigo’ de López Obrador.
El hoy mandatario califica a Salinas como el «padre de la desigualdad moderna», responsable de alentar la corrupción y el saqueo de los bienes y recursos naturales de México a una escala sin precedentes durante la década de 1990.
Para López Obrador, Salinas de Gortari es el «jefe de jefes» de lo que denominó en algún momento la «mafia del poder»: un grupo compacto de hombres de negocios y políticos corruptos, dedicados a hacer negocios al amparo del poder público.
Con Claudia Ruiz Massieu como candidata, Salinas regresaría a disputar el poder en México en primera línea, con el objetivo de poner fin a la denominada ‘Cuarta Transformación’.
Ausencia de autocrítica, una constante al interior del PRI
Claudia Ruiz Massieu se presenta ante la opinión pública como «una mujer fuerte, con carácter, aguerrida». Una que «no se deja presionar ni se echa para atrás a la hora de defender sus convicciones».
La senadora del tricolor pone de ‘botón de muestra’ que, a diferencia de la mayoría de sus compañeros de bancada, ella no votó a favor de la reforma constitucional sobre la Guardia Nacional.
Asegura que, pese a los amagos lanzados desde el Palacio Nacional, se mantuvo firme en su rechazo a la «militarización»: votó en contra de que el control de la Guardia Nacional pasara a la Secretaría de la Defensa Nacional y de que las Fuerzas Armadas ejercieran tareas de seguridad pública.
Ruiz Massieu presume además tener vasta experiencia. Abogada de profesión y catedrática de universidades privadas, posee una trayectoria que lo mismo incluye su participación como legisladora en las Cámaras de Diputados y Senadores, que como titular de varias Secretarías de Estado.
Su momento estelar en la arena política llegó durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando primero estuvo al frente de la Secretaría de Turismo y, luego, en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Su momento estelar en la arena política llegó durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando primero estuvo al frente de la Secretaría de Turismo y, luego, en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, a la hora de hacer un balance sobre los Gobiernos emanados de su partido, Claudia Ruiz Massieu elude lanzar cualquier crítica. Lo mismo de la Administración de Carlos Salinas, que de quien fuera su jefe, Enrique Peña Nieto.
La hoy senadora se limita a evocar el lugar común de que, como toda organización política, el PRI tiene aciertos y errores. Paradójicamente, se extiende cada vez que se le pide destacar los logros de su partido, sin embargo, es incapaz de enumerar los yerros.
En fechas recientes, durante una entrevista a un medio digital, Ruiz Massieu no pudo mencionar un solo error puntual de la gestión de Carlos Salinas, quien estuvo al frente de la Presidencia de la República (1988-1994) y quien, dicho sea de paso, fue acusado por la oposición de llegar al poder a través de un fraude electoral.
Para Claudia Ruiz Massieu el salinismo representó la posibilidad de construir un ‘México moderno’: fue durante esa época cuando el país latinoamericano suscribió el tratado de libre comercio con EE.UU. y Canadá.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto, para el que trabajó, dio continuidad a eso que Ruiz Massieu entiende como modernidad.
Su tío llevó adelante la privatización y desincorporación de 390 empresas públicas (un 63% del total) y, su jefe, el presidente Peña Nieto, logró la ansiada apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) a la inversión privada.
Fue durante el Gobierno de Peña Nieto cuando finalmente se aprobaron las «reformas estructurales» pendientes (educativa, energética, fiscal, laboral, telecomunicaciones, etc.) con el apoyo del Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Sin embargo, estas reformas no lograron el «México ganador» que se había prometido: un país con una economía con altas tasas de crecimiento, capaz de reducir la pobreza y la desigualdad, así como de garantizar la paz social.
En 2018, el PRI buscó destacar en Meade su perfil de «candidato ciudadano», esto es, que no militaba en partidos políticos. De cara al 2024 y pese a la experiencia previa, ahora Ruiz Massieu intenta aplicar una estrategia similar.
El saldo de la Administración de Enrique Peña Nieto sumergió al PRI en una crisis de credibilidad ante la opinión pública sin parangón, que culminó con la derrota de José Antonio Meade en la elección presidencial de 2018.
En ese momento, el PRI buscó destacar en Meade su perfil de «candidato ciudadano», esto es, que no militaba en partidos políticos. De cara al 2024 y pese a la experiencia previa, ahora Ruiz Massieu intenta aplicar una estrategia similar.
Alianzas a favor de una «agenda ciudadana»
Si solo es candidata por su partido, Claudia Ruiz Massieu no tiene ninguna posibilidad de ganar la Presidencia. Ella misma ha reconocido que el Revolucionario Institucional se encuentra «muy desacreditado».
Su plan consiste, primero, en recomponer la alianza ‘Va por México’, que estaba conformada por los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, y segundo, en presentarse como una candidata que abraza una «agenda ciudadana».
Cabe destacar que Ruiz Massieu se ha abstenido, hasta ahora, de lanzar críticas contra el dirigente nacional de su partido, Alejandro Moreno Cárdenas, alias ‘Alito’, quien además de estar envuelto en escándalos de corrupción, finalmente se pronunció a favor de la reforma sobre la Guardia Nacional.
Para varios integrantes del tricolor, Moreno Cárdenas es el principal responsable de las derrotas electorales de los últimos años, así como de la fractura de la alianza de los tres partidos políticos del viejo régimen.
Luego de cambiar de postura respecto a la Guardia Nacional, acusan, varios legisladores del partido lo secundaron y terminaron aprobando la reforma cuando, en un principio, los dirigentes de la alianza se habían comprometido a rechazar la iniciativa.
Todo parece indicar que Ruiz Massieu apuesta a que, con el tiempo, el PAN y el PRD olviden los agravios de sus compañeros de alianza y pongan por delante lo que ella considera un objetivo mayor: arrebatar el poder a Morena y sus aliados.
Ya trabaja en construir una alianza aún más amplia que ‘Va por México’. En días recientes se reunió con Dante Delgado, dirigente del partido Movimiento Ciudadano, que hasta el momento se ha negado a sumarse a la coalición tripartita.
El próximo domingo, Ruiz Massieu participará en una manifestación contra la reforma electoral del presidente López Obrador. Para ella, será una oportunidad para demostrar, otra vez, su consistencia a la hora de oponerse a las iniciativas de un Gobierno que considera «autoritario».
En la marcha, que irá del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, Ruiz Massieu se encontrará con Claudio X. González Guajardo, otro de los convocantes, y un aliado potencial que bien podría apoyar su candidatura.
Su padre, Claudio X. González Laporte, se desempeñó como asesor de Carlos Salinas de Gortari cuando era presidente, el tío de Ruiz Massieu. Durante ese Gobierno, González Laporte se convirtió en unos de los empresarios más influyentes de México.
Ahora, de cara a la sucesión presidencial de 2024, ambas familias tienen la oportunidad de volver a colocarse en la cima del poder.