Orizaba, conocida como «La Manchester Mexicana», no solo brilla por su rica historia y su arquitectura virreinal, sino también por su vibrante escena gastronómica. Entre los tesoros culinarios de esta ciudad veracruzana, las garnachas orizabeñas ocupan un lugar especial. Este platillo, emblemático de la región, ofrece una mezcla exquisita de sabores y texturas que refleja el mestizaje cultural de México.
Las garnachas orizabeñas se distinguen por ser pequeñas tortillas de maíz fritas en manteca, cubiertas con una capa generosa de frijoles, salsa picante, y trozos de chorizo, papas o carne. Lo que las hace únicas es la preparación de su salsa: una combinación de jitomate asado, tomates verdes, ajos, y cebolla, todo molido con chile chipotle y una pizca de canela molida. El caldo de carne se utiliza en lugar de agua para moler los ingredientes, añadiendo un toque de profundidad y sabor a la salsa.
Este platillo se sirve calientito, bañando la tortilla crujiente con la salsa rica y colocando encima la carne deshebrada junto con papa y cebolla picada. Cada bocado es una experiencia culinaria que transporta a los comensales a las calles de Orizaba, donde este platillo se puede disfrutar en puestos callejeros, restaurantes y, sobre todo, en el popular Mercado «Melchor Ocampo».
Las garnachas no son solo comida, son una expresión de la historia y el corazón de Orizaba. Si aún no has probado las garnachas orizabeñas, te estás perdiendo de una parte esencial del patrimonio culinario de Veracruz.