El Ministerio de Defensa de Rusia anunció haber alcanzado un acuerdo con los militares ucranianos para la evacuación de los heridos de la planta Azovstal en Mariúpol.
«El 16 de mayo, como resultado de las negociaciones con los representantes de los militares ucranianos bloqueados en la planta siderúrgica Azovstal en Mariúpol, se llegó a un acuerdo para retirar a los heridos», dijeron ante la prensa desde el ente castrense ruso.
El organismo militar también precisó que se ha establecido un régimen de silencio en la zona de la empresa y se ha abierto un pasillo humanitario para transportar a los militares ucranianos heridos a un centro médico en la ciudad de Novoazovsk, controlada por la República Popular de Donetsk (RPD).
Cuando la RPD se proclamó independiente del Gobierno ucraniano en 2014, Mariúpol con 450.000 habitantes, era la segunda ciudad más importante de la república después de Donetsk. En junio del mismo año los militares ucranianos recuperaron el control de la ciudad, mientras que en sus suburbios orientales continuaban las hostilidades.
El pasado 7 de marzo, Donetsk anunció que Mariúpol fue cercada, y que comenzó la eliminación de las fuerzas ucranianas desplegadas en la ciudad, incluidas las tropas del batallón nacionalista Azov, prohibido en Rusia.
El 16 de abril, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, informó que las fuerzas de Rusia y Donetsk tomaron Mariúpol bajo su control, pero que todavía quedan combatientes ucranianos bloqueados en la planta Azovstal.
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero una operación militar especial en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el presidente ruso, Vladímir Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.