Por Ilian Muñoz
La magia de Rubén Alegría no reside solo en sus canciones, sino en la forma en que conecta con sus seguidores. Este artista español, que ha sabido ganarse el corazón del público mexicano, regresa con dos temas que son más que música: son fragmentos de su alma. “Recuerdo”, una emotiva balada escrita en una noche de duelo tras el fallecimiento de su abuela, y “Latinoamérica”, concebida en un vuelo transatlántico, demuestran que la inspiración de Rubén trasciende fronteras y momentos.
En su interpretación, Alegría no solo canta, narra historias que evocan recuerdos y paisajes emocionales. Es imposible no compararlo con gigantes de la música como Alejandro Sanz o Pablo Alborán, aunque su estilo guarda una autenticidad que lo hace destacar. “No busco ser como nadie más, quiero que mi música sea un reflejo de lo que soy y de lo que siento”, ha dicho en múltiples entrevistas.
El secreto detrás de este éxito no sería posible sin la colaboración de Pedro Pimentel, productor que ha sabido captar la esencia del artista en cada nota. Según Alegría, Pimentel le ha dado confianza y solidez en el estudio, algo que se refleja claramente en la calidad de su reciente producción.
La relación entre Rubén y México es mucho más que profesional. Su amor por el país es genuino. Cada vez que pisa tierras mexicanas, asegura sentirse como en casa. Y no es para menos: ciudades como Puebla, donde ofrecerá un concierto el próximo 20 de febrero en La Clamatika, lo han recibido con los brazos abiertos.
“Cada vez que cojo el avión para cruzar el océano, me acuerdo de la gente que ha hecho posible que esté viviendo este sueño”, comenta el cantante. En especial, recuerda al maestro José Mendoza, a quien atribuye un papel clave en su carrera en México. “Estaré eternamente agradecido por todo lo que ha hecho por mí”, asegura con la sinceridad que lo caracteriza.
El 2025 pinta para ser un año crucial en la carrera de Rubén Alegría. Con su “Tour Recuerdo”, buscará consolidarse no solo en México, sino también en otros países de América Latina. Su visión es clara: conquistar con pasión, letras profundas y esa mezcla inconfundible de flamenco y pop latino que ya es su sello personal.
En un panorama musical saturado de fórmulas repetitivas, la autenticidad de Rubén Alegría destaca como un rayo de luz. Este artista no solo canta; cuenta historias, crea vínculos y, sobre todo, emociona.